Luis César Sampedro ha dirigido durante su trayectoria a doce técnicos con experiencia en Segunda B o LFP
Luis César Sampedro no es un técnico precisamente viejo. A sus 51 años solo estuvo uno en blanco desde que colgó los guantes en el verano del 2000 para hacerse cargo del Racing de Ferrol, en el que transcurrió buena parte de su carrera como guardameta.
Desde entonces ha dirigido a nada menos que doce entrenadores con experiencia en ligas profesionales, contando la Segunda División B como tal. Y no a técnicos con un par de partidos en el cargo, sino a doce que han estado al menos una temporada de la Segunda B hacia arriba, incluyendo la primera división portuguesa, a los que habría que sumar algún otro con algún partido suelto en esas categorías o a un ya habitual de la Tercera gallega como Ángel Manuel Cuéllar.
Pero vayamos por partes.
Cuando Luis César empezó a entrenar, allá por el curso 2000/01, en las filas del Racing de Ferrol se encontraban un joven Juan Manuel Aira, un central berciano salido de la cantera del Deportivo y que venía de estar en el CD Tenerife y un tal Unai Emery, de todavía veintinueve años y a quien le quedaban varios años de fútbol.
Una vez retirado, el primero comenzó su carrera como técnico también en el conjunto departamental, para pasar luego por el Murcia y dirigir en la actualidad al Albacete Balompié. La trayectoria del segundo es bien conocida: colgó la pizarra para pasar de compañero a entrenador de un día para otro y, después de varios años de crecimiento, convertirse en uno de los mejores entrenadores del fútbol mundial y a dirigir al París Saint-Germain.
Aquellos dos dieron paso, todavía en el Racing de Ferrol, en la campaña 2002/03, a varios más, tales como Luis Miguel Ramis o José Alberto Toril, ambos exentrenadores del Real Madrid Castilla y que en la temporada ya concluida dirigieron al Almería y al Elche, respectivamente. Con ellos estaba Ángel Manuel Cuéllar, quien fuera delantero de Betis o Barça, entre otros, y quien ha dirigido en los últimos años a equipos de la Tercera División gallega como el Cerceda.
Un año más tarde, en la 2003/04, ya sin los tres anteriores en el plantel, llegó a sus filas un mediocentro fino, espigado, brasileño, en los estertores de su carrera. Fabiano Soares, jugador histórico de la Sociedad Deportiva Compostela, le dio sus últimas gotas de sudor antes de pasarse a los banquillos. Como míster estuvo en el Compos, en la 2009/10, y más recientemente, en el Estoril de la máxima categoría de Portugal.
Fue en el preámbulo de, ya en el Nàstic de Tarragona, el año en el que más jugadores que hoy son entrenadores dirigió: hasta cuatro en la 2004/05. Ellos fueron Sergio Francisco, Iván Ania, Jon Ander Bolo y Luis Miguel Carrión, cuyos últimos equipos dirigidos han sido el Real Unión de Irún, el Caudal de Mieres, el Arenas de Getxo y el Córdoba CF.
Un año más tarde Bolo y Carrión siguieron con él, no así Ania y Sergio Francisco. Ninguno de los cuatro estaba cuando en la 2006/07 entró en juego el siguiente técnico de la actualidad, David Generelo. El entonces centrocampista ha tenido un paso casi fugaz por un banquillo profesional, su no del todo convincente experiencia en el Real Oviedo en sustitución de Sergio Egea.
Su periplo en el club tarraconense, al que había conseguido ascender a Primera División, terminó antes de tiempo. De la misma forma abrupta lo haría su experiencia en el Poli Ejido, durante las veintiuna primeras jornadas de la 2007/08. Entonces apareció un central rudo, de esos que llevan melena y el ceño fruncido, Miguel Ángel Tena, quien, curiosamente, como Aira o como él, empezó como entrenador en el Racing de Ferrol.
El –hasta el momento– último de los jugadores que estuvo en uno de sus planteles y que ha terminado dirigiendo es uno de los que han sonado para ocupar el que ya es su cargo en el Real Valladolid, el otrora lateral derecho Curro Torres. El hispano-alemán firmó en 2009 por el Nàstic de Tarragona, pero tuvo una grave lesión en el talón de Aquiles que le apartó de los terrenos de juego. Cuando Sampedro llegó, en la segunda mitad de la 2009/10, ya no tuvo ocasión de dirigirle, ni siquiera al año siguiente, ya que el zaguero se terminó retirando.
Con todo, decir que es un entrenador que crea escuela quizá resulte demasiado atrevido. Sin embargo, los números no mienten. Fuera por la impronta de Luis César o por casualidad, lo cierto es que el ya técnico blanquivioleta se ha convertido en coetáneo en los banquillos de varios jugadores a los que dirigió.
Que en Valladolid se encuentre con futuros entrenadores es algo que solo el tiempo dirá. Aunque por encima de la curiosidad estará el objetivo de reverdecer laureles: aquel para el que ha sido contratado.