Análisis del próximo rival del Real Valladolid

No te detengas, Pucela, no te detengas. Después de una temporada mediocre, de la que muy poca gente esperaba nada hace apenas un mes, ha surgido el milagro. Simplemente, se ha dado la vuelta a la tortilla. Ahora es cuestión de mantener el tipo de aquí a final del campeonato regular, con cuatro encuentros por delante. Y vaya cuatro encuentros. Con casi un mundo en juego en cada uno de ellos.
Pero como diría aquel, partido a partido. Y el primero no es otro que un desplazamiento hasta Anduva para verse las caras con un equipo que se está jugando el ser o no ser en la categoría de plata, y no en sentido figurado. Un Mirandés al límite podría quedar prácticamente al borde del descenso a Segunda B si no se lleva los tres puntos este domingo. Así las cosas, el espectáculo está asegurado.
Un año para olvidar
¿No se creen la situación límite de los burgaleses? Pues no hay más que echar un vistazo a la clasificación. Los de Pablo Alfaro son colistas con 36 puntos en 38 jornadas, a siete de la salvación que ahora mismo marca el Alcorcón. Con doce puntos por dilucidarse, sobra decir que el optimismo brilla por su ausencia en Anduva. Y eso que hace solo unos días un triunfo ante el Elche levantó levemente la situación.
No es fácil encontrar un único motivo por el que el conjunto burgalés ha caído tan bajo en su quinta temporada consecutiva en Segunda División. Llámenlo falta de planificación, ausencia de efectivos reales para dar la talla o simplemente que entrenador (o entrenadores) y vestuario no han conseguido dar con la tecla adecuada en todo el año. La cuestión es que la caída a los infiernos parece ya inevitable.
Y decimos un problema con los entrenadores porque el Mirandés ha batido un récord de técnicos este año, con hasta cuatro inquilinos en el banquillo a lo largo de las 38 jornadas de Liga. Ni Carlos Terrazas, ni Claudio Barragán, ni Álvarez de los Mozos, ni el actual Pablo Alfaro han conseguido reconducir al equipo en lo que ha sido un auténtico carrusel de idas y venidas. Suena a obviedad que en semejantes condiciones se ha hecho imposible que el equipo haya asentado unas bases tácticas a estas alturas de campeonato.
La realidad es que el Mirandés tan solo ha conseguido llevarse la victoria en ocho de los 38 partidos disputados, un bagaje insuficiente que se completa con hasta doce empates y dieciocho derrotas. Un año para olvidar pese al último rayo de esperanza encontrado en el Martínez Valero, en un partido loco en el que los burgaleses terminaron con nueve jugadores sobre el campo y con un gol en el último segundo para escapar con los tres puntos. Ver para creer.
¿Y a qué juega este Mirandés tan desorientado? Tampoco es fácil decirlo, con la irregularidad por bandera. Con una formación 4-1-4-1 en el último choque, con Rúper como único pivote y Urko Vera en punta -quien no estará este domingo al haber sido expulsado ante el Elche-, el equipo no ha sido capaz de hilar un juego fino en prácticamente ningún tramo de la temporada.
Números aciagos

Por supuesto, los números de este Mirandés corresponden en gran medida con su situación clasificatoria actual. Con 34 goles a favor y 60 en contra -el que más ha recibido de la categoría, solo seguido de cerca por el propio Elche con 56-, las cifras tampoco hacen sacar una sonrisa al aficionado burgalés cuando hablamos de su casa, Anduva, donde se han marcado 20 y se han recibido 28 de estos tantos.
Por cierto que con 23 puntos de 57 posibles cosechados como local, sobra decir que es la oportunidad perfecta para que el Pucela asalte a su vecino y consiga auparse definitivamente al play-off.
Para más inri los de Pablo Alfaro llegarán en cuadro al choque de este domingo entre sancionados y lesionados. Álvaro Bustos, Fran Cruz y Ruymán se encuentran entre algodones, el goleador Guarrotxena, pichichi del equipo con ocho dianas esta temporada, será baja al menos una semana más y Urko Vera y Provencio serán baja tras ser expulsados frente al Elche.
Esta es precisamente una de las claves de este Mirandés, sin un goleador nato de esos que hacen falta para conseguir grandes objetivos. El propio Urko Vera tan solo ha celebrado cinco tantos en lo que va de campeonato, mientras que Sangalli, Álvaro Bustos y Pedro Martín apenas han hecho lo propio dos veces cada uno. Demasiada poca renta para salvar la categoría.
Curiosidad del rival de esta jornada: Mucho tiempo pasará en Miranda hasta que se olvide un nombre que marcó época en tiempos mejores, que no es otro que el de Pablo Infante. Hasta 135 goles en todas las competiciones contemplan al máximo goleador de la historia del club.