El Real Valladolid remonta en Alcorcón (1-2) y se acerca a la zona de play-off

Juan Villar, un tipo en muchas ocasiones apático, que posee una facilidad inaudita para centrar las frustraciones de su hinchada, no es padre, al menos todavía. Si come dos huevos será porque él quiere, más o menos como marcar dos goles en Santo Domingo. Pero hablaremos de él más adelante.
Paco Herrera había dispuesto cinco defensas para contrarrestar, presumiblemente, el potencial a balón parado de un Alcorcón que se acerca al descenso al mismo ritmo que se aleja de aquel al que Javi Guerra le marcó un gol con el escudo en pos de un sufrido ascenso.
Otros cantares aquellos, tanto para unos como para otros, pero veníamos comentando que Herrera había dado entrada a Rafa por Álex López. Decía el técnico pacense en la rueda de prensa previa al partido que de ganar en Alcorcón, todo se tornaría en positivismo. ¿Y para eso alineó cinco defensas teniendo en cuenta que los laterales, Moyano y Balbi, tienen demasiada poca profundidad? Pues, haya sido como haya sido, el Pucela ganó.
Y se ganó pese al tanto inicial de David Navarro. Sí, David Navarro, el de la batalla campal en el Giuseppe Meazza, que ahora está jugando al fútbol en el alfoz de Madrid. Se encontró solo en el segundo palo tras un córner botado por Óscar Plano y tuvo que decidir entre lesionarse y marcar o decir aquello de que claro, no soy delantero. Hizo lo primero tras un remate con escorzo incorporado que le hizo levantar la pierna como hacía siete años que no lo hacía. Resultado: gol y lesión. A casa, que llueve.
Corría el minuto nueve, y hasta entonces, y por unos cuantos minutos más, el Real Valladolid solamente se había lamentado de su mala suerte, de que el campo no invita a jugar y que “¡ay cómo duele el amor!”. Pese a todo esto, el gol en contra, que parecía asumirse antes de que llegara, no hizo demasiado año, quizás por eso mismo, o porque el puesto de David Navarro lo ocupó el lateral Owona, que facilitaría al Real Valladolid los tres puntos.
A partir del minuto veinticinco de encuentro, o incluso algo antes, empezó a aparecer el Real Valladolid en campo rival. Lo hizo a través de Juan Villar y un gol anulado por fuera de juego previo y con la colaboración de la defensa alfarera, que se empeñó en demostrar por qué es la zaga de un equipo que se acerca peligrosamente a la quema.
Sin embargo, el gol del empate blanquivioleta fue más mérito visitante que desacierto local. El conjunto de Paco Herrera logró hilvanar una perfecta contra, sin prisa pero sin pausa. El balón le llegó a Jordán en zona de definición y este abrió la bola hacia Villar, que ya dentro del área fusiló a Dimitrovic en el minuto veintinueve.
Era el momento de Papá Villar, que llegó para decir que no estaba muerto, que estaba de parranda o comprando tabaco. A partir de ahí, el Pucela creció, empezó a pisar más el campo contrario, aunque seguía concediendo demasiadas profundizaciones alfareras, sobre todo a través de la figura de Kadir. Víctor Pérez (vive, la lucha sigue) fue apagándose, pero antes de hacerlo puso el susto en el cuerpo blanquivioleta con un disparo en el minuto 34 que buscaba escuadra pero encontró el lateral de la red.
En estas, volvió a aparecer ‘papi’ Villar. Supo ganar la partida a Owona, que ante la tesitura de quedar en ridículo o discutir al árbitro si fue penalti o no, optó por lo segundo. El colegiado señaló pena máxima, el jugador del Alcorcón buscó la excusa a su torpeza y Villar agarró el cuero. Ya estábamos en el descuento y Villar no perdonó. Un gol a dos en el descanso tras un remontada inesperada.
¡Santo Domingo, sí señor! Allí todavía quedaban 45 minutos de sufrimiento, pero desde Valladolid se tenía la sensación de que lo más difícil, remontar, ya se había hecho. En la segunda parte pasaron pocas cosas, y la mayoría, favorables al Real Valladolid.
Uno de los únicos peligros del conjunto amarillo, juegas a balón parado aparte, fue Martín Luque. Las tres veces que enganchó la bola en una zona peligrosa, supo zafarse de algún rival, pero sin la aparición de David Rodríguez y con un Kadir ya cansado, no supo conectar con nadie para lograr el gol del empate.
El Real Valladolid, por su parte, fue deshaciéndose en sustituciones, desaprovechando algunas oportunidades de sentenciar el encuentro. No estaban los pupilos de Herrera ahogados, pese a no salir de su cuadradito de césped. Este Alcorcón, ya lo dijimos, no es el de años atrás, y esto le bastó al Real Valladolid para, sin excesivos apuros, guardar la ropa y nadar hasta el final del encuentro. Allí halló la victoria, ¡Santo Domingo!
AD Alcorcón: Dmitrovic; Orgaz, David Navarro (Fede Vega, min. 12), Owona, Bellvís; Víctor Pérez (Pablo Pérez, min. 63), Toribio; Óscar Plano (Martín Luque, min. 63), Kadir, Álvaro; y David Rodríguez.
Real Valladolid: Becerra; Moyano, Rafa, Guitián, Alex Pérez, Balbi; Leão, Jordán, Míchel (Alex López, min. 77); José (Mata, min. 66) y Villar (Ángel, min. 85).
Goles: 1-0, min 9: Navarro. 1-1, min. 28: Villar. 1-2, minuto 45; Villar (p.)
Árbitro: Amarillas para Carlos Bellvís (77′), por parte local, y Alex Pérez (36′) y Luciano Balbi (88′) por parte visitante.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada número treinta de la Liga 123 entre AD Alcorcón y Real Valladolid disputado en el Estadio de Santo Domingo ante 2.589 espectadores.