El central vallisoletano acumula una amplia experiencia en Segunda B desde su debut en 2005 con el Promesas. El Palencia, con el que ascendió, fue su último equipo
Foto: El Norte de Castilla
El Atlético Tordesillas sigue reforzando su plantilla con la intención de buscar las máximas garantías para salvarse con holgura. Después de concretar varios fichajes en la parcela ofensiva, el último que ha anunciado es Alberto Bayón, un central vallisoletano de cerca de 33 años y con amplia experiencia en Segunda División B.
Formado en las categorías inferiores del Real Valladolid, debutó en el tercer escalafón del fútbol patrio con el Promesas allá por 2005. Después de 273 partidos en la categoría de bronce y de jugar en varios equipos de fuera de la comunidad, retornó a Castilla y León durante el verano de 2015 para enrolarse en el Club Deportivo Palencia, con el que ascendió el pasado verano de Tercera División. Sin embargo, la fuerte marejada que azotó a la entidad palentina antes de que comenzara el presente curso derivó en su salida, tardía y a pesar de tener dos años más de contrato.
Aunque había recibido con anterioridad ofertas de otros conjuntos de Segunda B, el hecho de que se le notificara a escasas fechas del cierre de mercado que no contaba provocó que se quedara sin equipo, y así ha estado desde entonces. Este hecho, unido a las cantidad que el Palencia le adeudaba, le llevó a litigar con su anterior club, agravó su situación personal, puesto que esta situación profesional generó otra de desamparo poco tiempo antes de ser padre.
Si bien allá por agosto temió por una retirada, como reconoció entonces a El Norte de Castilla, y desde entonces ha estado ‘en blanco’, el Atlético Tordesillas le llega como una oportunidad para reengancharse y seguir con su oficio de picapedrero del fútbol. Y es pintiparada, puesto que el conjunto de la Villa del Tratado no ha terminado de mostrarse sólido en esa parcela defensiva en la que él destaca.
Defensa central o mediocentro defensivo, donde jugó durante diferentes momentos de su trayectoria, se estrenó en Segunda División B en un Promesas en el que estaban Jesús Rueda o su de nuevo compañero Alberto Mato, a las órdenes primero de Alfredo Merino y luego de Onésimo Sánchez, bajo cuyas órdenes jugó con Sergio Asenjo antes de marcharse al Burgos.
Burgos, Guijuelo, Ciudad Lorquí, Leganés –donde jugó con y para Víctor Fernández–, UCAM Murcia y Arroyo CP fueron sus otro clubes, todos ellos en esa misma Segunda B que solo abandonó para volver cerca de casa. Además de experiencia, aportará al equipo de Jesús Ángel Turiel una buena salida de balón y fortaleza en el juego aéreo, junto a la evidente ilusión por reconciliarse con el balompié, todavía, pese a las dudas y el dolor del pasado, su profesión.