Tercera victoria consecutiva. Qué fácil es ponerse a escribir con esa frase resonando en la cabeza. Pero no quiero destacar el hecho de que hayamos encadenado tres encuentros con victoria. Ni siquiera que no nos hayan marcado un solo gol en ninguno. Lo más importante de estos partidos es que en dos de ellos hemos arrancado los tres puntos terminando con un jugador menos sobre el campo.
Volviendo un poco la vista atrás, cuando Abel Resino llegó a Valladolid se le presuponía una fama de motivador. Nunca me la he llegado a creer. Pero tiene que haber una causa para este repentino subidón del Pucela, que parece llegar sin venir a cuento.
¿Son las incorporaciones del mercado de invierno? ¿Es que estamos mejor físicamente que el resto de equipos? ¿O simplemente los jugadores han decidido espabilar? Quiero pensar que es por las tres cosas. Jugadores como Nafti son un gran acierto, pero además ha sido la propia plantilla la que ha visto que esto no podía seguir así. Y por lo visto contamos con jugadores que están bien en el apartado físico. Esto se ha reflejado en los últimos partidos.
Terminar en dos ocasiones con un jugador menos y conseguir los tres puntos son un esfuerzo grande. Y más teniendo en cuenta que uno era fuera de casa. Ante el Recre fueron cincuenta minutos con uno menos. Ante el Elche, unos treinta. En total, unos ochenta minutos que el Valladolid ha estado sobre el césped con un jugador menos en los tres últimos encuentros. Casi un partido entero. Y sin encajar un gol.
Pese a que suene raro a estas alturas de temporada, esto solo se puede achacar a que el Valladolid se encuentra en un buen momento físico. ¿Cómo sería posible sino que un equipo consiga imponerse –hablamos de ganar, ya no sólo de empatar- al rival en un enfrentamiento de once contra diez?
Ahora el objetivo es mostrarse superior también al Albacete en este aspecto. En la ida la igualdad fue máxima en Zorrilla, y estar esta vez un punto físico por encima del contrario es importantísimo para sacar los tres puntos por cuarta jornada consecutiva. Este miércoles el equipo no estará apoyado por la grada de Zorrilla, así que toca volver a ponerse el mono de trabajo desde el primer minuto y salir a ganar. Porque el que algo quiere, algo le cuesta.