El Real Valladolid deberá ganar este fin de semana al Almería si quiere luchar por estar arriba

El equipo de Paco Herrera deberá buscar su propio Renacimiento ante el Almería de Soriano. El estilo herreriano dentro del terreno de juego no ha sido metáfora de la relación matemática perfecta entre los distintos elementos o los volúmenes limpios, o al menos no en todos los partidos, y sirva como ejemplo el último en Soria.
Sin abandonar la época de la resurrección clásica, o mejor dicho, de su recuperación, encontramos un tópico literario contra el que debe luchar el Real Valladolid esta temporada y por el que deambuló la temporada pasada, apenas sin darnos cuenta, como es el aurea mediocritas.
Siendo estrictos, más nos hubiera gustado disfrutar felices en ese punto medio el año pasado, pero ese no está hecho para equipos como el blanquivioleta en Segunda División. Quizás en primera sí, quizás aquellos años de Pepe Moré que hoy nos parecen oro puro fueran nuestro aurea mediocritas, pero en Segunda División este se torna más bien en un valle lacrimarum de proporciones bíblicas.
En realidad, este es el presente del Real Valladolid: la lucha por no convertirse en un equipo más de Segunda División, en una escuadra vulgar que acabe autocomplaciéndose por pastar tranquilamente sobre los céspedes, muchas veces desgarrados y desgarradores, de la categoría de plata. Y mientras, el recuerdo de la Edad de Oro.
Y el presente se conjuga este fin de semana doblemente, por ser nuestro estado y nuestro tiempo, aquel que dicta que solo cabe ganar al Almería si no queremos estancarnos en un aurea mediocritas en Segunda División. Solo hay una manera de lograrlo, y el latín –ese elemento básico que escribe solo este artículo y que las actuales políticas educativas intentan enterrar pese a que aluden constantemente a que ya está muerto– nos dice cómo hacerlo: nil satis nisi optimum.
«Nada es óptimo excepto lo mejor», ese lema que el Everton tiene por bandera (y tenía por escudo) debe ser la punta de lanza en la lucha contra ese conformismo que un club como el Real Valladolid no puede permitirse en Segunda División.
Y al igual que está obligado a romper con ello, el conjunto de Paco Herrera deberá vencer este sábado a un Almería que no conoce la victoria a domicilio. Es la lucha del presente blanquivioleta enmarcada dentro del presente más próximo posible, una lucha entre lo que no se quiere ser y en lo que se puede llegar a convertir.
Es tiempo de héroes, y la vuelta del nuestro, José, invita a ello. Es hora de decirle a Horacio que se meta su tópico por donde le quepa y demostrar que no estamos aquí por ni para estar, que la mediocridad es para los vulgares y que nuestro lugar está en otro sitio.