El Real Valladolid B se impuso por un gol a dos al Racing de Ferrol en A Malata en otro partido de veterano, que diría aquel

Como si su media de edad fuera de treinta años, que diría el otro. Así cerró el Real Valladolid Promesas su segunda victoria consecutiva, esta vez en A Malata frente a un pobre Racing de Ferrol que, al paso que va, lleva camino de emular a la SD Compostela del pasado año y de ser sí o sí uno más en la lucha por la permanencia.
Ni siquiera cambiar a Míchel Alonso por Miguel Ángel Tena ha servido a los departamentales para lavar la imagen de las jornadas iniciales. Inmersos en una pobre dinámica, el antiguo y nuevo entrenador ferrolano no fue capaz de volver a casa con un triunfo y lleva dos derrotas en otros tantos envites, después del cosechado hace una semana ante el Lealtad a domicilio.
De hecho, no estuvo ni cerca, porque el Real Valladolid B se mostró muy serio y no le concedió casi nada. Más bien al contrario, durante buena parte fue, si no superior, al menos un igual, pero más inteligente. Así demostró ser desde el inicio, cuando salió bien a la presión sobre la salida del cuero de los gallegos, con el fin de aprovechar su rapidez en campo rival.
Comenzaron con brío los blanquivioletas, consiguiendo amenazar gracias a esa presión, aunque sin convertir los robos y las veloces salidas que les seguían en ocasiones. Por ejemplo, Royo lo buscó con un centro desde la izquierda que no encontró rematador a los doce minutos.
Aunque el dominio era visitante, las continuas interrupciones, provocadas sobre todo por faltas locales, hacían que el ritmo fuera más bien lento. Sinisterra, con sus galopadas, intentó romperlo en el dieciséis, pero Sergio García anduvo atento para desbaratar su carrera hacia su puerta. Mientras, Pablo Rey fue el único que lo buscó por parte del Racing en ese comienzo con un disparo que no revistió mayor peligro.
A los veintitrés minutos, un buen pase a la espalda de los defensores terminó en el cero a uno, obra de Higinio, que se la llevó con fe y aprovechando su corpulencia hasta entrar dentro del área. Hubo varios rechazos de la zaga y del cancerbero, también uno por un disparo de Mayoral, pero fue el de Calasparra quien marcó su tercer gol en dos partidos.
El tanto agitó el ánimo de los ferrolanos, que crecieron. No se sabe si fue antes el huevo o la gallina, si lo hicieron porque el Real Valladolid B dio un pasito atrás y pasó a defenderse en un repliegue medio o por el ansia de empatar del Racing de Ferrol, pero lo cierto es que los de Miguel Ángel Tena pudieron empatar en un par de acciones resueltas de forma meritoria por Dani Hernández.
Primero, el palentino repelió a córner un disparo seco de Pablo Rey, que culminó una buena jugada trenzada por Maceira y Joselu. Luego, José Cruz, en un testarazo, en un saque de esquina, le obligó a lucir sus reflejos felinos. Con todo, al descanso se llegó con un conjunto departamental que estaba encerrando al filial y con uno blanquivioleta que se defendía como gato panza arriba y que trataba de estirarse en pos de un contragolpe.
El entretiempo frenó las acometidas de los gallegos e hizo que respiraran los vallisoletanos. Comenzada la segunda parte, después de revolverse bien en el pico del área, Iván Martín disparó flojo a las manos de Sergio García antes de ser sustituido. Su sustituto, Miguel Marí, haría lo propio nada más entrar al campo. Un intento de Joselu se marchó alto y Dani anduvo rápido para ir a los pies de Bicho para frenar la reacción local.
Estas intentonas fueron más bien tímidas y sucedieron mientras el reloj corría en favor de un filial que no sufría por más que el rival moviera ficha desde el banquillo. Pero entonces, a falta de trece minutos, Anuar cometió una falta peligrosa en la frontal y Pablo Rey golpeó abajo, colocado al palo de Dani, para empatar.
No les duró mucho la alegría a los ferrolanos, eso sí, por culpa de un despiste propio y de una genialidad de Mayoral. En el ochenta, el abulense apareció entre líneas, recibió un pase, se giró sin oposición con el tiempo suficiente como para pedirse un chupito de licor café y soltó una folha seca imparable para Sergio García y que suponía el uno a dos.
Y a partir de entonces no se jugó más. Los chicos de Rubén Albés tiraron de oficio e inteligencia y se llevaron el partido al córner, donde murió con el balón entre las piernas de Higinio. Allí transcurrió el tramo final para desesperación local y mayor gloria visitante. Fue la forma de decir «árbitro, la hora»; de buscar un final favorable sin la ilegalidad que habría supuesto quitarle al colegiado el silbato y pitar directamente el final.
Gracias a esta victoria, el Real Valladolid Promesas se reencuentra con el triunfo a domicilio después de las tres últimas derrotas, consigue sumar de tres por segundo partido consecutivo, por segunda ocasión seguida ante un gallego, y acumula quince puntos antes de recibir el miércoles por la tarde al Burgos CF en Los Anexos.
Racing de Ferrol: Sergio García; José Cruz, Víctor Vázquez, Catalá, Maceira; Juan Martínez, Sergio Martín (Dani Benítez, min. 72); Armental (Brais Abelenda, min. 59), Pablo Rey, Bicho (Julio Delgado, min. 86); y Joselu.
Real Valladolid Promesas: Dani Hernández; Corral (Arroyo, min. 72), Mario Robles, Calero, Royo; Mayoral, Anuar, Rai, Sinisterra (Dani Vega, min. 46); Iván Martín (Miguel Marí, min. 58) e Higinio.
Goles: 0-1, min. 23: Higinio. 1-1, min. 77: Pablo Rey. 1-2, min. 80: Mayoral.
Árbitro: Moreno Aragón, del colegio madrileño. Amonestó a los locales Sergio Martín y Joselu y al visitante Royo.