El conjunto que dirige el vallisoletano Eusebio Sacristán será el rival del Real Valladolid en dieciseisavos de la Copa del Rey

La suerte ha deparado al Real Valladolid un enfrentamiento, en la siguiente ronda de la Copa del Rey, con un desplazamiento no muy lejano. San Sebastián será la ciudad a la que la expedición de Paco Herrera rendirá visita en busca de filtrarse en las eliminatorias nobles del torneo copero.
El rival, la Real Sociedad, es un conjunto lo suficientemente fuerte como para dejar la eliminatoria sentenciada en Zorrilla el treinta de noviembre. Esto es tan cierto como que será el único argumento para el pesimismo –plantillas al margen– que se podrá leer en esta columna.
Y en verdad, la Copa es el torneo de la ilusión, en el que todo es posible pese a que cada vez más, quienes rigen el torneo hagan lo imposible para que en la final del mismo se cuelen Real Madrid y FC Barcelona.
Y la ilusión deberá ser la primera máxima en la que el equipo blanquivioleta debería estar por encima del blanquiazul. Es cierto que la Real es un equipo muy en tierra de nadie en Primera División y que la Copa podría ser un acicate moral para ellos, pero en su primera ronda, se les puede sorprender.
La sorpresa será otro factor con el que deba jugar el conjunto de Paco Herrera. La Real peca de ser un equipo algo indolente, como su máxima estrella, Carlos Vela, un excepcional pelotero al que parece que muchas veces no le gusta jugar al fútbol. Parece mentira que siendo tan bueno como es casi tenga el fútbol por castigo.
La mentira es otro arma con el que el Real Valladolid deberá jugar, aunque con cuidado, porque en este caso es de doble filo. Como adelantaba en el titular, La Real es el equipo más ‘mentiroso’ de España, entendiéndose por mentiroso que es un conjunto que un día aparece y otro no, que un día lo borda y otro se descalabra, que puede ganar y defenestrarse contra cualquiera. Que sí, pero no. Y de hecho, las últimas clasificaciones en Primera División del equipo txuri-urdin así lo constatan: noveno en la 2015/16, duodécimo en la 2014/15 y séptimo en la 2013/14.
Sin pasar apuros para salvarse y con Europa siempre en mente, claro está. Quizás esa falta de ambición sea uno de los principales debes del club vasco, un problema que se extiende y entiende en la ‘mentira’ de sus grandísimos jugadores, que cómodos, no encuentran, ni buscan en algún caso, mayores retos ni presiones. Caso contrario fue el de Griezmann.
Y es que calidad hay a raudales en la plantilla donostiarra, sobre todo, de medio campo hacia arriba: Canales, Granero, Illarramendi, Xabi Prieto, Rubén Pardo, Zututuza, Vela, Oyarzabal, Willian José, David Concha… Todos o casi todos llamados en su momento a hacer algo más en el fútbol que estar en tierra de nadie en Primera División.
Esa lista de jugadores, por calidad y rendimiento puntual, así como por potencial, podrían estar luchando por más altas cotas en su carrera. Algunos como Illarra no demostraron todo lo que tenían que demostrar, otros como Sergio Canales no pudieron debido a las lesiones y otros como Vela, simplemente, no tienen el fútbol ni su trayectoria como mayor preocupación.
En definitiva, la Real Sociedad es un excelsa plantilla cargada de mentirosos, que bien te pueden meter cuatro en Zorrilla sin despeinarse o bien, en su indolencia, en su apatía, en su propia mentira, pueden ser sorprendidos y que su reacción llegue demasiado tarde. Esa debilidad psicológica de la que hacen gala se potenciaría aún más a partido único, pero las reglas son las reglas.