David Mayoral debutó con el Real Valladolid un año después de hacer la pretemporada con el primer equipo

Foto: Víctor Álvarez
Decir que no se le esperaba sería mentir. Quizá no ya. Quizá sorprendiera. Y porqué no decirlo, quizá sea algo ocasional, y por descontado que fue algo accidental. Pero lo cierto es que en los últimos minutos del choque frente al Real Oviedo se produjo el debut de David Mayoral, el atacante abulense del Real Valladolid Promesas.
Las ausencias en el primer plantel, fundamentalmente la lesión de Juan Villar y la del tan demandado ‘nueve’, desembocaron en la necesidad de Paco Herrera de contar con otro hombre de ataque. Y ‘El Jabalí’, como es conocido en el vestuario, quien ya había trabajado con el primer equipo la pasada campaña en distintos momentos como en la pretemporada, fue el elegido.
Entonces no llegó a jugar, en parte debido a una lesión que le hizo pasar por quirófano y que le mantuvo a un ritmo menor a las órdenes de Garitano. Tampoco lo hizo durante la preparación, en la que no formó parte de los promocionados por Paco Herrera, ni siquiera de los momentáneos. Y sin embargo, su potencial invitaba hace tiempo a pensar que quizá algún día le llegaría la oportunidad.
Internacional en categorías inferiores con la selección española, afronta su primer curso como futbolista senior como el segundo en el filial, después de contar con un buen puñado de minutos el pasado año. Tras ese aprendizaje, se espera de él un paso adelante, que su fútbol sea más constante y determinante.
Con un tren inferior privilegiado, muy potente, con una primera zancada que amenaza con ser diferencial (al menos en la categoría de bronce), ha de dejar atrás las lesiones y ciertos episodios que llevaron a que la temporada pasada bajara en alguna ocasión al División de Honor con la intención de que estimularle y buscar que siguiera madurando.
Llegado de la mano y por petición de Chuchi Macón en la campaña 2014/15, su nivel fue más alto en aquella, en la que sorprendió que no debutara con el segundo equipo una vez este consiguió salvarse. No indicaba ese paso no dado que no se confiara en él, en todo caso pues esta confianza se puso de manifiesto con el contexto en el que se movió en la 2015/16.
A buen seguro después del debut habrá recibido el mensaje de que no es el final, sino tan solo el comienzo. Del mismo modo que quemó etapas en la UD Santa Marta estrenándose en Tercera siendo apenas un juvenil de primer año, y que dio pasos (aunque quizá no tantos como debiera) en los dos siguientes en el Real Valladolid, debe entender que para que ocasiones como esta se repitan se lo ha de ganar en el campo.
Lo habrá hecho si con el paso de las jornadas confirma las buenas sensaciones de pretemporada, una preparación en la cual ha demostrado complementarse con Higinio, a quien presumiblemente acompañará en el ataque de Rubén Albés cuando los tenga a los dos disponibles, o bien con un Iván Martín con el que igualmente podría formar un ‘dúo sacapuntos’ de delanteros complementarios.
En todo caso, pase lo que pase en el futuro más inmediato con el Promesas, a buen seguro guardará el veintidós de agosto en la memoria (ya pasaban de las doce de la noche cuando él entró, por lo tanto lunes) y, como otros tantos a los que Paco Herrera hizo debutar en la Liga de Fútbol Profesional, al técnico catalán como mentor.