El último fichaje del Real Valladolid, que destaca por su fuerte personalidad, ha demostrado en el Alavés su profesionalidad a la hora de anteponer el bien del equipo a sus intereses personales

Foto: Noticias de Álava
Hace tiempo que desde la parroquia blanquivioleta se venía demandando un jugador con carácter y personalidad, alguien capaz de aportar al vestuario algo más que unas meras habilidades sobre el terreno de juego. Un hombre de raza.
Pues bien, pueden respirar tranquilos los aficionados con el nuevo fichaje del Real Valladolid. Pau Torres viene a, más allá de ocupar un puesto bajo los palos, cubrir esa necesidad que tantos quebraderos de cabeza ha causado en las últimas temporadas.
No es que se quiera menospreciar las habilidades del cancerbero, ni mucho menos. Pau Torres es un hombre solvente, al que no le gusta complicarse la vida cuando el balón ronda la portería. A pesar de que el año pasado no tuvo demasiada presencia en el Alavés –tan solo disputó dos partidos–, el catalán fue clave en el último encuentro contra el Nástic, lo que a la postre sirvió para que los vascos se proclamaran campeones de Segunda.
Pero más allá de la seguridad que transmite bajo los palos, el guardameta se caracteriza por su capacidad de hacer grupo. Muestra de ello es, precisamente, la temporada pasada con el conjunto albiazul. Torres se vio relegado a un segundo plano ante la titularidad de Pacheco, lo que no fue impedimento para que el catalán se ganase el cariño de la grada de Mendizorroza.
Una personalidad fuerte que, en alguna que otra ocasión, le ha llevado a protagonizar alguna acción un tanto desagradable sobre el césped. En el último partido de pretemporada con el Alavés, Pau Torres fue expulsado después de que el colegiado le perdonara la cartulina roja en una primera instancia.
Una escena parecida se dio en la jornada catorce de la pasada temporada, cuando ‘El Glorioso’ se enfrentó fuera de casa ante el Elche. Con el resultado de cero a uno, tras el tanto de Raúl García en el minuto 75, el nuevo cancerbero del Real Valladolid se ‘sacrificó’ por el equipo ‘marcándose un Timor’; esto es, tirando un balón al terreno de juego para perder tiempo, según el acta de dicho encuentro, después de hacer «un gesto de desaprobación».
No fue aquello lo más espectacular que hizo. El pasado año sirvió como el de su debut en la categoría, y si bien apenas jugó dos envites, mantuvo la puerta a cero en el primero y fue el artífice del campeonato en el definitivo, en la jornada 42 ante el Nástic. Álvaro Sánchez, aficionado blanquiazul, dice que esperaba que renovara con su club y recuerda que ya cuando jugaba en el Lleida lo sufrieron en una promoción en la que les paró un penalti.
«Aquel día, además de cuajar una buena actuación, demostró ser el típico jugador al que acabas odiando, porque las tuvo tiesas con la grada. Pero si lo tienes en tu equipo, es un tío que se gana a la afición, más o menos como Bordalás», expone. Del citado encuentro frente al Nàstic de Tarragona dice Sánchez que «la lió, porque lo paró todo», y ser «solvente». «Aunque en principio parta con desventaja frente a Isaac Becerra, que no se confíe el ex del Girona que Pau puede darle algun sustito… siempre dentro de una competencia sana», concluye.
Formado en La Masía y excompañero de Mata
Hace tan solo unos meses Carles Claramunt, quien fuera entrenador de porteros en la época en la que Torres militaba en el Sant Andreu catalán, reconocía en declaraciones a Noticias de Álava el fuerte carácter del guardameta. «Hay un Pau fuera del campo y otro fuera. Fuera es un tío amable, normal, con el que puedes hablar de todo. Dentro se transforma. Es el típico portero ganador, que se cabrea por cualquier cosa y que quiere siempre alcanzar la perfección. Es como la noche y el día», afirmó Claramunt.
Esta forma de ser sobre el césped está ligada a sus orígenes. Formado en La Masía, estuvo bajo las órdenes de Pep Guardiola en el filial azulgrana y coincidió con jugadores como Pedro o Sergio Busquets. Una formación que, en palabras de Claramunt, tiene mucho que ver en la personalidad de Torres.
Aunque a priori todo apunta a que el catalán será el suplente de Isaac Becerra, su fichaje bien puede ser celebrado por la afición blanquivioleta. Más allá de un gran profesional, el Real Valladolid incorpora a un hombre de garra capaz de anteponer el bien común a los intereses personales. Un punto más que relevante si recordamos los egoísmos e individualismos que tanto han mermado al equipo, especialmente durante el año pasado.
Asimismo, Torres se reencontrará en los vestuarios del José Zorrilla con Mata. Ambos fueron compañeros en el Lleida, donde formaron una dupla poco común pero que dio muy buenos resultados. Durante las temporadas 2012/13 y 2013/14 el guardameta fue uno de los menos goleados de la categoría y el delantero, el máximo goleador del plantel. Con todo, el primer pilar del nuevo vestuario blanquivioleta está asegurado.