Alberto López, recién llegado del Real Valladolid, pasa a engrosar la lista de entrenadores fichados a mitad de competición esta temporada. Horas después de su llegada, la Ponferradina echó a Fabri
Él mismo lo dijo en su presentación como nuevo técnico del Real Valladolid: la Segunda División es dura y larga. No quiso Alberto López descubrir algo, ni mucho menos, pero sus palabras sirven para reflexionar sobre la naturaleza de una categoría de plata, que cada vez se asemeja más a un ring de boxeo.
Especialmente larga se le ha hecho la temporada a algunos equipos, que han visto como la competición se les ponía cuesta arriba. Tan empinada ha llegado a ser la situación que hasta diez clubes han recurrido a un relevo en los banquillos como aliciente.
Catorce técnicos destituidos desde el inicio de temporada
Si bien es cierto que en ocasiones los cambios suponen un impulso, aún está por demostrar que un relevo en el banquillo sea la solución a todos los males de un equipo. A corto plazo, el dicho «entrenador nuevo, victoria segura» puede incluso llegar a cumplirse. Sin embargo, los resultados a largo plazo pueden no llegar a ser los esperados.
A pesar de las dudas y los recelos que pueda generar, esta práctica está totalmente extendida en la Segunda División española. Si comparamos el parón navideño pasado con el de esta temporada, los números son reveladores. Cuatro técnicos habían sido destituidos la pasada campaña, frente a los nueve de estas Navidades.
Miguel Ángel Portugal es el último en sumarse a la lista de entrenadores destituidos en lo que llevamos de temporada. El burgalés corrió la misma suerte que su predecesor, Gaizka Garitano, situando al Real Valladolid como el equipo con más técnicos este año, junto a Almería y Mallorca.
El conjunto andaluz fue el primero en despedir a su entrenador, Sergi Barjuán, cuando apenas llevábamos siete jornadas del campeonato. Tras el relevo momentáneo del técnico del filial Miguel Rivera –que tan solo dirigió dos encuentros– y la experiencia fallida de los nueve partidos de Joan Carrillo, Néstor Gorosito se hizo cargo del equipo. Con este situado en el farolillo rojo de la tabla, Gorosito ha conseguido que el Almería entre en una dinámica positiva que le ha situado decimosexto.
Menos se notó el cambio en Mallorca, que tras la llegada de Fernando Vázquez continúa coqueteando con los puestos bajos de la tabla. La directiva mallorquina decidió destituir a Albert Ferrer, tras quince jornadas en las que el conjunto bermellón no terminaba de despegar. Su sustituto, Pepe Gálvez, apenas duró un mes y medio al frente del equipo y desde la directiva han confiado al técnico gallego un cambio que no termina de llegar.
Tras un inicio de temporada con algún que otro altibajo, la Ponferradina despidió a Manolo Díaz, tras veintitrés jornadas al frente del equipo berciano. Su sustituto fue Fabri, que, a pesar de sus esfuerzos, no ha conseguido que la Ponfe se aleje de los puestos de descenso, lo que ha llevado a la entidad berciana a echarlo ayer martes, horas después del anuncio de la llegada de Alberto López a Valladolid.
Algo similar le sucede al Albacete, que, tras destituir a Luis César Sampedro hace poco más de un mes, no ha conseguido salir de la penúltima plaza de la clasificación, a pesar de haber recurrido a un César Ferrando con experiencia en estas lides y viejo conocido de la entidad manchega.
En la parte alta de la tabla, Zaragoza y Real Oviedo han pasado por el mismo relevo en el banquillo. Aunque el caso del club asturiano es diferente –ya que Sergio Egea dejó el equipo alegando motivos personales–, lo cierto es que ni Carreras ni Generelo han logrado dar con la tecla para que sus respectivos conjuntos tengan una idea de juego definida.
Al único al que su apuesta le ha salido más o menos bien ha sido el Tenerife. Después de iniciar la temporada siendo colista durante las primeras cuatro jornadas, la directiva decidió relevar a Raúl Agné tras el undécimo partido de liga. En su lugar llegó José Luis Martí, que ha conseguido que los canarios despeguen y, actualmente, se sitúen en el décimo segundo lugar de la clasificación.
Siete semanas para mostrar una mejor imagen
En lo que respecta al Real Valladolid, Alberto López llega al banquillo blanquivioleta con el objetivo de mejorar la imagen y la competitividad del equipo en un plazo que se antoja demasiado corto para intentar llegar más lejos. Su primer rasgo definitorio lo ha mostrado en la rueda de prensa de su presentación: un discurso directo y sin adornos, que difiere de la política seguida por Garitano y Portugal en este aspecto.
En lo meramente deportivo, López tiene por delante el reto de intentar que el equipo se enganche a los puestos altos de la tabla. A pesar de parecer una utopía, el play-off aún es matemáticamente posible, aunque para eso los blanquivioletas tendrían que firmar siete encuentros casi perfectos.
El ex-guardameta blanquivioleta llega con las ideas claras: los jugadores deben volver a sentirse como tales. Un cambio de mentalidad que pasa por encontrar un estilo de juego definido, cosa que ni Garitano ni Portugal consiguieron hacer.
No es fácil el reto que tiene por delante Alberto López, especialmente por la escasez de tiempo con la que cuenta. Un mes y medio en el que tratará de demostrar que no es el primero que coge las riendas de un equipo a mitad de temporada, aunque ojalá sea el penúltimo que tiene que hacerlo este año.