El Real Valladolid lleva más de un año sin encadenar tres triunfos consecutivos, desde que lo hiciera con Rubi entre las jornadas dieciocho y veinte
El Real Valladolid desperdició el domingo en Miranda de Ebro la tercera oportunidad de este curso para sumar tres triunfos consecutivos. El tema no es baladí, aunque pueda parecer anecdótico: ocho equipos de Segunda ha conseguido una racha así o mejor. De ellos, los ocho están por encima del Pucela en la tabla y cuatro de ellos se encuentran entre las seis primeras plazas.
Como se puede ver en la tabla, Nàstic y Osasuna son los únicos equipos de los seis que están ahora mismo ocupando puestos de promoción o ascenso que no han batido esa barrera de las tres victorias seguidas. Ambos han logrado dos, al igual que otros siete equipos, entre los que se halla el que dirige Miguel Ángel Portugal.
Casualidad o no, el caso es que la mayoría de conjuntos que aspiran a las primeras plazas han conseguido encadenar una buena racha de triunfos. En cambio, aquellos que están en descenso lo máximo que han logrado dos en tres partidos, datos que reflejan la buena línea de los unos y la más pobre de los otros.
Un tercer grupo, el citado, el que ha hecho a lo sumo seis de seis, se puede llamar el de la zona media, aunque con matices, ya que en esta están el Mirandés y el Elche, que sí consiguieron un nueve de nueve, y, como se ha comentado, no se encuentran Nástic y Osasuna, aspirantes, a día de hoy o en algún momento de la temporada, al ascenso directo.
Si de regularidad hablamos, seguramente sea un mejor baremo para medirla los partidos sin perder de manera consecutiva o los puntos obtenidos, pongamos por caso, por ciclos de quince. Sin embargo, de estos datos se extrae que lo normal, si el Real Valladolid quiere estar arriba, es que deba mejorar en este aspecto, algo que refuerza su actual posición –decimotercera– más que su desventaja con respecto a la promoción –solo tres puntos–.
Una ‘altura’ que los que suben superan
Desde que se instauró el play-off como alternativa al ascenso, son los quince equipos que han ascendido lo han hecho tras vencer al menos durante tres jornadas consecutivas –el Pucela de Djukic entre ellos–. Así, cabría situar aquí una ‘altura’ que los blanquivioletas, al contrario que otros ocho, todavía no han logrado superar.
Incluso el Córdoba CF, cuando subió mediante play-off y como séptimo, en la temporada 2013/14, igualó esas tres victorias consecutivas, las mismas que lograron el Granada en la 2010/11 (quinto y promoción), la SD Eibar de la 2013/14 (que campeonó) o el Real Sporting de Gijón del pasado curso (que subió como segundo). Así, y aunque esto no sean ciencias exactas, se podría decir que si no se alcanza como mínimo ese tope, el Real Valladolid no subirá.
Con Rubi sí se lograron
Claro, que con Rubi se consiguió alcanzar esa cifra de victorias seguidas. Y no se ascendió. Sucedió entre las jornadas tres y cinco, primero, y más tarde entre las fechas diecisiete y veinte, que transcurrieron entre finales de 2014 y principios de 2015. Así, el Pucela lleva más de un año sin lograr una racha de este tipo.
Posteriormente, con el propio Rubi, encadenó dos victorias seguidas en dos ocasiones. Ya esta campaña, con Miguel Ángel Portugal, ha igualado este seis de seis tres veces. Pero todavía falta. Aún queda una serie de triunfos consecutivos aún mayor que lleven a la afición a creer que todavía es posible. Porque, por difícil que parezca, sí, aún lo es. Pero con dar dos pasos adelante y uno hacia atrás no basta.