La zaga del Real Valladolid ha tenido un comportamiento más positivo con Miguel Ángel Portugal

Tal vez, ya transcurrida la primera vuelta del campeonato liguero de Segunda División, el aficionado al Real Valladolid pueda contestar, si le preguntan por la línea más floja del equipo blanquivioleta, que esta es la defensa. Sin embargo, si la misma pregunta se hubiera formulado tras la disputa de la jornada número nueve y antes del cese de Gaizka Garitano, la respuesta, siendo la misma, no tendría mayor objeción.
Sin embargo, con Miguel Ángel Portugal, la mejoría en el plano general del equipo también ha llegado a la zona defensiva, a la línea que conforman los cuatro de más atrás –exceptuando a Kepa Arrizabalaga–.
Lo primero que hay que advertir es que, al menos en cuanto a números –y trataremos estos antes que nada–, el equipo vallisoletano, a día de hoy, no es un equipo defensivamente flojo. Atendiendo, claro está, al apartado estadístico que mejor refleja esta realidad: los goles en contra.
Transcurrida la jornada número veintiuno de la Liga Adelante, el Real Valladolid es el undécimo equipo menos goleado, dato no demasiado halagüeño. En cambio, si tenemos en cuenta que sus veintitrés goles encajados son los mismos que ostentan Córdoba y Real Oviedo –segundo y tercero, respectivamente, en la clasificación–, el número parece empequeñecerse.
Más lo hace todavía si tenemos en cuenta que el equipo menos goleado de la categoría, el Leganés, lo es claramente, además de ser la única escuadra, junto con el Real Zaragoza, que baja de la veintena de goles encajados (dieciséis y diecinueve goles en contra, respectivamente). Así pues, estamos en unos baremos medios en lo que a tantos recibidos se refiere, cerca o en competencia con unas escuadras que, hasta el momento, lo vienen haciendo mejor. Impera, una vez más la igualdad.
Sin embargo, es más conveniente tomar como referencia los partidos de Miguel Ángel Portugal, que es quien está al frente de la nave blanquivioleta. Pues bien, desde la llegada del técnico burgalés, el Pucela ha encajado diez goles en doce partidos (0’83 de media por encuentro), mientras que en la era Garitano le marcaron trece en nueve partidos (1’3 por choque). El ratio actual, sumando una y otra etapa, es de 1’1 goles recibidos por encuentro.
Los números no mienten, el Real Valladolid de Miguel Ángel Portugal encaja menos goles por partido y, por tanto, su eficacia defensiva es superior. En total, en seis partidos el equipo blanquivioleta ha sido capaz de no encajar ningún gol: tres con Garitano y otros tres con Portugal. Este aspecto, sin duda, es uno de los que deberá seguir trabajando el actual técnico pucelano.
Peor sabor de boca
Sin embargo, ya hemos comentado que las sensaciones defensivas del Real Valladolid no son nada positivas. Sí, hemos mejorado, pero, incluso antes de la llegada de Renella, la posición más débil, por delante, incluso, de la delantera, era la defensa. ¿Cómo se distribuyen los minutos y el juego los de atrás? Pues, teniendo en cuenta que no son muchos, la variedad marca la línea. Quizás, esto mismo sea el primer síntoma de la fragilidad.
En primer lugar, ningún defensa ha sido capaz de jugar ya no todos los minutos, sino, tan siquiera, todos los encuentros. Quien más se acerca es Hermoso, quien ha disputado diecinueve encuentros (todos como titular) y más minutos que nadie, 1.673. En este apartado le sigue Marcelo Silva, que parece ser el central más asentado en la titularidad. De hecho, Juanpe y Samuel suman cerca de 500 minutos menos que el uruguayo y tan solo 222 juntos, como los dos centrales del equipo, entre Liga y Copa.
El lateral derecho parece más disputado. Si en el siniestro Hermoso copa los minutos, pese a la irrupción de Ángel –que jugó tres partidos, todos ellos como titular–, Chica y Moyano se reparten de forma más equitativa el pastel. O bueno, hasta la llegada de Portugal, quien confía sobremanera en Chica. Esta elección parece más de gusto y tacto que de otro pelo, ya que los dos han cumplido bien –teniendo en cuenta el tono general del equipo–.
Como colofón a este análisis, qué menos que pedir rematar esta defensa con, al menos, un fichaje, presumiblemente un central. Juanpe, a principios de temporda, desentonó de una manera funesta y Samuel no es el que fuera años atrás. Marcelo Silva aporta contundencia, pero tampoco es el zaguero que debiera liderar una defensa que, en teoría, tiene que luchar por el ascenso.
En definitiva, con lo que tenemos atrás, no podemos aspirar a mucho más que no sufrir demasiado para salvar el pellejo en la categoría. La llegada de un central se convierte en primordial, si el Real Valladolid de verdad quiere luchar por los puestos de arriba.