José, con cinco tantos, y Caye Quintana, con tres, son los máximos anotadores de un Real Valladolid Promesas que apenas ve puerta

«Sin gol no hay fútbol», decía el anuncio de televisión. Y el Real Valladolid Promesas bien lo sabe; que sin gol no hay puntos. En lo que va de temporada apenas ha marcado dieciséis, lo que le convierte en el segundo equipo que menos marca del Grupo I de la Segunda División B, junto al filial del Sporting.
Si se tiene en cuenta su zona de influencia/aparición habitual, el filial blanquivioleta cuenta con cuatro delanteros: Caye Quintana, Dani Vega, Isma Casado y José (más segundo punta), si bien el segundo ha actuado varias veces escorado a una banda. Entre los cuatro apenas han visto portería en nueve ocasiones; cinco José, tres Caye, una Vega y ninguna ‘Chino’.
No se puede ocultar que el Promesas ha generado más peligro que el que esta cifra dicta. Aunque ha habido partidos en los que ha resultado casi inofensivo para el rival, bien podría haber incrementado su bagaje, pobre, de no haberse quedado en diez encuentros nueve sin marcar (más de la mitad).
Las rachas de 377 minutos sin hacerlo –entre las jornadas uno y cinco– y de 344 –entre las jornadas doce y dieciséis– son las peores de lo que va de campaña. La actual, la tercera peor, alcanza ya los 188. Cabe, aquí, echar un vistazo a los números del año pasado. A estas alturas, la temporada pasada solo se había quedado sin ver puerta en tres ocasiones y su peor racha sin hacerlo fue de 183 minutos. Es más: en todo el año, el filial solo dejó de anotar ocho veces, ya, dos menos que este año.
Los treinta goles con los que se alcanzó el ecuador casi doblan los dieciséis de este y solo entre Guille Andrés, con seis tantos, y Jorge Hernández, con tres, igualaban los números de los cuatro atacantes actuales, y a estos había que sumar los dos de Dani Vega. Así las cosas, aquel tiempo pasado fue mejor… aunque no mucho. La diferencia, no obstante, la marcaba la segunda línea.
Problema de la delantera… pero no solo
Tal y como se relata AQUÍ, existe un problema que afecta no solo a la delantera, sino también a la segunda línea, y es que esta tampoco marca. Es, ahí, donde radica la principal diferencia con los guarismos del Promesas del pasado año. Entonces, a estas alturas, habían visto puerta once jugadores. Ahora, solo nueve. Y, de aquellos, ocho habían repetido. En la actualidad, solo tres lo han hecho.
Los tres goles de Javi Navas, de Ángel y de Toni y los dos de Ayub no han encontrado la réplica en el plantel actual, ni tan siquiera estando dos de esos cuatro en plantilla.
Así, Ángel ha marcado solo una vez, si bien ha retrasado su posición y lleva 92 minutos menos –1.170, por los 1.262 de hace un año–. Menor disculpa tiene Toni, que ha jugado 1.658 minutos sin haber hecho un solo gol, y cuyo último tanto data del ocho de febrero de 2015.
Si bien se puede alegar que la plantilla del pasado curso tenía más calidad, el pretexto pierde fuerza si se tiene en cuenta que entre Dani Vega, Toni y Ángel llevaban ocho goles entre los tres en las diecinueve jornadas de la temporada 2014/15, por los dos de esta 2015/16.
Sin embargo, cabe volver a hablar de los delanteros. Y es que mientras José está en números de igualar las cifras de Jorge Hernández en la campaña pasada, Caye Quintana ha de mejorar sus prestaciones para acercarse o igualar a Guille Andrés, toda vez que este anotó nueve tantos en 1.590 minutos y él, no muy lejos de igualar ya su participación (lleva 1.126), apenas ha hecho tres.
A esto cabe añadir otra cuestión: el de Isla Cristina cuenta ya con una cierta experiencia en el fútbol de élite, después de sus diecinueve partidos en Segunda con el Recreativo de Huelva del pasado curso. Su promedio, entonces, fue mejor, siendo la categoría más exigente: jugó 1.046 minutos y vio puerta en cuatro ocasiones, con una media, por tanto, de uno cada 216’5, muy distante de la actual, de un tanto cada 375.
También Dani Vega está lejos de lo que fue. Terminada la primera vuelta, en la 2014/15 llevaba dos goles en 774 minutos –uno cada 387– y había debutado ya con el primer equipo. Poco queda de aquel juvenil que asombraba en el División de Honor y competía, en toda la extensión del término, en la Segunda División B. Hoy, lleva 1.122 minutos… y las sensaciones tampoco son las mejores.
En el caso de Isma Casado, último delantero en discordia, poca puede ser la exigencia, dado que ha jugado solo 196 minutos. Más aún a sabiendas, de sus años de juvenil, que es un bregador sin mucho gol, una cualidad siempre preciada y que la dirección deportiva buscará con ansia en este mercado invernal. Solo así, con él, el Real Valladolid Promesas puntuará más y se podrá acercar a la ansiada salvación.