La lluvia fue la principal protagonista del Real Valladolid Promesas – UD Llanera. El césped de Los Anexos, prácticamente entero encharcado, apenas permitía que rodara el balón. Era un encuentro para intentar no cometer errores y aprovechar los del rival. Precisamente lo contrario hizo el filial. No fue ni mucho menos inferior, pero no logró sacar ni siquiera un punto del sacrificio realizado por un fallo en el área propia.
Poco juego pudieron desplegar los dos equipos. El esférico apenas rodaba y se quedaba en el sitio en prácticamente cada bote, provocando un juego más directo y con muchas imprecisiones. Parecía que ahí estaba la clave que decidiría el encuentro a favor de uno o de otro. Y así llegaron las distintas ocasiones que gozaron ambos en la primera mitad, aunque ninguna logró culminarse con precisión. La más clara estuvo en los pies de Xavi Moreno. En una falta en la frontal, Maroto buscó sorprender a Berto con un disparo por su lado, el guardameta repelió la pelota y a puerta vacía el extremo no consiguió anotar.
Fue lo más cerca que estuvo cualquiera de adelantarse en el marcador en el primer acto. Bajo las exigencias de sus entrenadores, que pedían más balones aéreos, disputas en campo rival y buscar errores de su contrincante, tanto al Promesas como a la UD Llanera les costó adecuarse a las condiciones del terreno de juego.
Se llegó al descanso sin goles y con sensación de igualdad. El colegiado señaló el final de la primera parte cuando aún quedaban unos segundos para cumplir los 45 minutos, quizás con algo de prisa por atemperarse en el vestuario, lo contrario a Manu Olivas, que esperó este momento para refrescar, futbolísticamente hablando, a su equipo.
Tras el entretiempo, el filial blanquivioleta hizo dos cambios; se marcharon Alani y Raúl Chasco para dar paso a Adrián Verde e Iker Ivorra. Se modificó el dibujo, que pasó de ser un 4-4-2 a un 3-5-2. La entrada de Verde aportó mucho al equipo y protagonizó al poco tiempo de ingresar una buena jugada. El centrocampista de Casariche puso un centro desde la zona de tres cuartos con rosca y en dirección a Arnu, que trató de rematar en plancha, pero no logró alcanzar el balón por poco.
Con todo, con el paso de los minutos el contexto volvió a ser el mismo. Juego muy trabado y sin control por ninguna de las partes. Volvió a mover sus fichas el técnico blanquivioleta con un doble cambio. Sesé y Xavi Moreno se marcharon para dejar sitio a Alin y Hugo San. Dos extremos por dos laterales llegadores, buscando algo más de solidez y presencia por banda, pero no surtió el efecto deseado, apenas se vio un antes y un después.
Final cruel para el Promesas
A falta de poco más de diez minutos para el final del tiempo reglamentario llegó el gol de la UD Llanera, de la forma más cruel. En un centro raso del conjunto visitante, Arco no logró despejar y Rafús salió tarde, cometiendo un penalti sobre Rene que él mismo se encargó de convertir.
Mathieu pudo poner tierra de por medio en el descuento en un contragolpe. El 22 del conjunto asturiano se quedó mano a mano con Rafús, pero el catalán se mostró firme para mantener la poca esperanza que le quedaba al filial de sacar algo positivo del choque. Hugo San, autor de uno de los goles en el último encuentro en casa contra el Coruxo, quiso volver a probar suerte, pero Berto atrapó el balón sin problemas en lo que fue la última oportunidad del partido. El esfuerzo fue en vano y se confirmó la derrota del Real Valladolid Promesas, la primera en casa y la segunda consecutiva.