El Real Valladolid Promesas dejó escapar en Carballo lo que pudo ser la primera victoria de Manu Olivas como su técnico a domicilio. El filial blanquivioleta consiguió ponerse con un cero a dos en la primera mitad que no fue capaz ni de defender ni de ampliar, aunque intentó, sobre todo, esto último. «Buscamos el tercero; es el ADN de los chicos. No lo ves peligrar [el resultado]; tampoco con el empate: no piensas que lo vas a perder. Ni se pasa por la cabeza ni se tiene que pasar por ella, porque sería una psicosis para el jugador. Pero vamos a aprender de esto», aseguró el técnico una vez finalizado el encuentro, no sin cierto amargos.
Manu Olivas achacó lo sucedido a la juventud de sus jugadores, que, quizás, no supieron leer por momentos que el encuentro requería una mayor pausa. «La experiencia, en estas categorías y en categorías superiores, te da el controlar y el saber que quizás en ciertos momentos no hay que ser tan ambiciosos y que, igual desde el balón, puedes mantener la ventaja», reflexionó todavía en As Eiras. No en vano, hubo momentos en los que el Real Valladolid Promesas pudo marcar el tercero, como en una ocasión marrada por Ivorra con uno a dos. «En la mochila de la formación de los chicos entra esto, que quizás no estaba», añadió el entrenador.
El blanquivioleta definió al Bergantiños como «un equipazo», uno que terminó sometiendo a sus pupilos, aunque el cómputo global del partido habla de que estuvo «muy disputado». «En algunas fases hemos dominado y en otras han dominado ellos. Se ha decidido por detalles y esta vez cayó cruz. Van a ser unos días complicados, pero estoy orgulloso de ellos», afirmó un Manu Olivas que insistió en que un resultado de este tipo, por la forma en que se produjo, «va en la formación de los chicos» y de un equipo «súper joven» como es el suyo.