Álvaro Rubio aseguró en la rueda de prensa previa al Real Valladolid – Celta que en aquellos momentos en los que había igualdad en el césped la balanza siempre caía «del lado contrario». Volvió a pasar. En un partido gris en general, el frío del ambiente se trasladó tanto a la grada, con la segunda menor entrada de la temporada, como al césped, donde no hubo muchas ocasiones para ninguno de los dos equipos. El encuentro se decidió desde los once metros y generando controversia.
A pesar de que la posesión fue más para el Celta al principio del partido, la sensación de peligro era ínfima tanto en una portería como en otra. Los de Claudio Giráldez movían el balón de un lado a otro, sin demasiada prisa por profundizar. Mientras tanto, el conjunto blanquivioleta esperaba en campo propio, con las líneas juntas y sin saltar a la presión.
Iago Aspas dio el primer aviso. El de Moaña intentó abrir el marcador con un tiro al palo largo que se marchó desviado por línea de fondo. Mario Martín respondió con un remate de cabeza, la ejecución fue buena, pero su posición era demasiado lejana y el balón llegó sin peligro a los guantes de Guaita.
Mario Martín fue de nuevo protagonista en la más clara de los locales en la primera mitad. En un contragolpe, el centrocampista recibió el pase de Anuar en la frontal y disparó, pero se encontró de nuevo con el guardameta, que tuvo que desviar el esférico a córner.
El guion no cambió demasiado hasta el descanso. Sin embargo, el Celta tuvo una oportunidad muy clara para marcharse al entretiempo con ventaja. Marcos Alonso puso un buen centro en dirección a Borja Iglesias, que estaba solo en el segundo palo, pero el delantero no estuvo acertado y su remate no fue preciso. El conjunto gallego perdonó y todo seguía abierto de cara al segundo acto.
Tras reanudarse el partido, la fortuna volvió a sonreír al Real Valladolid, esta vez en forma de VAR – volvería a aparecer más adelante, pero para condenar en vez de para salvar -. Mingueza puso un balón a la espalda de los centrales y Borja Iglesias y Alfon fueron a por él ante la salida de Hein. El estonio dejó un rechace al que llegó primero el número 12 del Celta. Dio la sensación de que de el guardameta lo derribó, García Verdura señaló penalti, pero, tras revisar la jugada, se anuló la pena máxima al no existir suficiente contacto.
Las ocasiones en la segunda parte también brillaron por su ausencia, hasta el tramo final del duelo. En el minuto 77, Marcos André tuvo en sus botas la mejor ocasión de los suyos. Iván Sánchez dio un buen pase al hueco hacia Chuki, que sacó un muy buen centro raso. El brasileño, que llegaba algo forzado, solo tenía que embocar la pelota en la portería, pero la envió fuera.
Penalti con polémica
Acto seguido, el VAR volvió a entrar para revisar un posible penalti de Javi Sánchez, que intentó taponar un balón y García Verdura consideró que el balón le rebotó en el brazo, pese a la insistencia del central, que reclamaba que le impactó en el torso. Marcos Alonso engañó a Hein y anotó desde los once metros.
De Marcos André a Marcos Alonso y de Marcos Alonso a Marcos André de nuevo. Nada más recibir el gol, el delantero protagonizó una buena jugada ofensiva, en la que condujo hacia dentro y disparó desde la frontal, pero su intento tampoco encontró puerta. Chuki también pudo igualar la contienda con un buen remate de cabeza que también se marchó por línea de fondo.
Finalizó el encuentro y el Real Valladolid sumó una nueva derrota que aniquila prácticamente cualquier esperanza de lograr la salvación. El Celta se lleva los tres puntos a Balaídos en un encuentro igualado y que se decidió por un detalle del videoarbitraje.