Ha pillado de sorpresa a muchos que el próximo partido de LaLiga del Pucela se vaya a jugar con el máximo protocolo de seguridad tras ser declarado de alto riesgo. Sin que la rivalidad entre Real Valladolid y Celta de Vigo sea especialmente dura, sí hay motivos que han propiciado que la decisión sea poner todos los recursos al alcance del club para evitar riesgos innecesarios.
Si bien es cierto que no es un caso especialmente sonado, la decisión de declarar el partido de alto riesgo bebe de los hechos sucedidos en octubre de 2022 en la última temporada del Real Valladolid en Primera División. En ese momento, algunos de los seguidores del Celta fueron identificados por causar desperfectos en el estadio durante el partido entre vallisoletanos y gallegos. Esa es la razón por la cual no han querido que una imagen así se repitiera y han aumentado todas las medidas de seguridad disponibles de cara al próximo partido en casa.
Los daños causados, especialmente en los asientos de la zona de visitantes y en los baños colindantes, fueron la causa por la que la seguridad del estadio, además de la Policía Nacional, tuvo que intervenir contra los exaltados. En un duelo que acabó con un contundente 4-1 a favor del equipo pucelano, se llegó a identificar a ocho exaltados celestes e incluso se expulsó a tres de ellos del José Zorrilla. Un pequeño grupo dentro de la gran movilización que siempre suele mover el Celta, pero que hará pagar los platos rotos a quienes querían pasar un fin de semana de deporte y turismo en Valladolid.