El Valencia ha cambiado. Es algo que se nota rápido. La mano del míster, Carlos Corberán, se puede intuir en cada partido. No solo ha conseguido frenar el sangrado de un equipo claramente herido durante muchas jornadas en esta liga. Ese pasado reciente, de tiempos en los que la condena de Segunda División en Valencia parecía un hecho, parece haberse quedado atrás.
La salida de Baraja, más que el fútbol, lo mandaba el ánimo. La apatía del equipo del exblanquivioleta parecía no poder salir del bache, pero en sólo nueve partidos la llegada de Corberán ha dado la vuelta a todo. El Valencia parecía otro, aunque sus limitaciones seguían estando ahí. El mercado de invierno, con la llegada de Sadiq (ya son cuatro goles en apenas 500 minutos), de Iván Jaime (desde su llegada un fijo entre líneas para el míster) y Max Aarons, parece haber lavado la cara a un Valencia muy exigido por el marco deportivo e institucional.
Así juega este Valencia CF
El Valencia no es el mismo, como decía al inicio. El aporte claro de equilibrio en todas las líneas define ahora la mano de Corberán. Su voluntad, tal y como ha dejado claro su juego, era establecer unos mínimos de compenetración entre líneas que ha acabado por asentar en un dibujo de 1-4-2-3-1 bastante reconocible, con un portero indiscutible, una línea de cuatro en defensa con matices aún a mejorar, un doble pivote que funciona bien por la mixtura de sus habilidades, una zona de tres cuartos muy poblada, por la tendencia de los extremos a funcionar de fuera a adentro y, sobre todo, la sonrisa que ha añadido un perfil goleador que, hasta ahora, ha funcionado y ha sumado.
En defensa la clave es acomodar la bisoñez de alguno de sus efectivos con la experiencia de otros, facilitando un equilibrio que, a menudo, cuesta más de la cuenta. Quizá es la línea con más capacidad para mejorar, lo que añadiría un escalón más al progreso de este Valencia bajo el mando del técnico ché. En el centro, Mosquera y Diakhaby dan garantía de altura en los duelos a un Valencia al que será difícil contrarrestar a nivel físico, con el añadido de que, a balón parado, esta temporada ya son cinco los goles generados por el Valencia. Una clave a tener muy en cuenta por la capacidad que tienen a la hora de disputar esos duelos también en ataque.
En el centro del campo la mejora de Javi Guerra, dueño y señor ya de una posición equilibrada en la que combinar en diferentes alturas con Enzo Barrenechea, dan una base sólida para salir jugando, pero sobre todo buscar la salida hacia las bandas, un seguro sobre todo en la izquierda, donde la tendencia de Diego López a juntarse en zonas interiores con Iván Jaime y dejar carril a Gayà está siendo eficiente para encontrar la vía productiva. En banda también y también a banda cambiada, un Rioja que se está destapando como una de las claves del cambio valencianista, aportando mucho en defensa, prestándole su esfuerzo a Foulquier, pero también en ataque, con cinco goles y dos asistencias en LaLiga y siendo un enlace clave en construcción de la jugada ofensiva.
En ataque, este Valencia se entrega más al juego abierto y a intentar plantear los partidos en un bloque medio que permita asomarse al ataque cuando puedan surgir opciones. Con un leve desequilibrio de tendencias hacia la parte izquierda en la construcción de las jugadas ofensivas (la banda fuerte de Gayà e Iván Jaime se descuelga más por ahí), se muestra con claridad la tendencia de Corberán a intentar progresar por los laterales. Sin ser un equipo de transición rápida defensa-ataque, sí logra sacar rédito de la velocidad de circulación en fase ofensiva y a través de pases largos a la espalda de la defensa, estos especialmente dirigidos a perfiles como el de Diego López, especialista al espacio.
Mejoras desde la llegada de Corberán
Ya no solo la reciente nominación a entrenador del mes de febrero en LaLiga hace apenas dos semanas (que acabó llevándose Flick) muestra que Corberán ha sido un gran estímulo para este Valencia. Su recuperación de la identidad en ataque y su capacidad para crecer en la adversidad a partir de un bloque que parece completamente nuevo si lo comparamos con las primeras semanas de la competición.
La mejora de perfiles importantes (como Guerra, Rioja, Enzo o Tárrega) y los nuevos refuerzos del equipo, le han llevado a cosechar grandes resultados tras su llegada, desde la que ha logrado cinco victorias, tres empates y cuatro derrotas (entre LaLiga y Copa del Rey), doce puntos logrados que han conseguido insuflar vida a un Valencia que parecía estar sentenciado. De esa forma, se ha agarrado a una mejoría evidente en todas las líneas de juego que incluso parece estar consiguiendo un pequeño salto anímico en la grada del equipo ché.
Mestalla, otro punto clave
Y hay que decir que en el caso de Valencia, es cierto que Mestalla también juega. El que fuera escenario de grandes gestas del equipo valencianista y que parece tener las horas contadas por el polémico proyecto del Nou Mestalla liderado por Lim, ha sido también parte del secreto de este ‘nuevo’ Valencia. Desde la llegada de Carlos Corberán, el Valencia solo ha perdido ante los tres grandes: Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid, cosechando en contra grandes resultados ante rivales directos como el Leganés o el Celta de Vigo.