«Querida afición: Estamos atravesando momentos deportivos muy complicados y quería dirigirme a vosotros para hablaros directamente y reflexionar sobre nuestra situación. La semana pasada fue complicada para todos nosotros. En Bilbao el equipo no estuvo a la altura de lo que merece la afición y la historia del Real Valladolid. Todos tuvimos que pedir disculpas y coincidimos en la exigencia de trabajo y esfuerzo para preparar el partido del viernes en Zorrilla». Con estas palabras comienza la carta que Luis García, el nuevo director general corporativo del club, quiso dedicar a los abonados.
El Pucela no pasa, ni mucho menos, por su mejor momento deportivo, y la sensación de inestabilidad se traslada del campo a la grada, y de la grada a las oficinas. Es por ello por lo que Luis García quiere pedir “calma” y agradece el apoyo de los aficionados tras un encuentro en el que un sector de la grada decidió quedarse fuera del estadio en la primera parte del encuentro a modo de protesta por la situación. “Como Club quisimos lanzar un mensaje de calma para que el Cuerpo Técnico pudiera, primero, identificar los errores que causaron la mala imagen y el resultado de Bilbao y, para que después, pudieran encontrar las soluciones. Queríamos calma para que los jugadores reflexionaran y entendieran que este escudo exige de una entrega y un sacrificio que tanto el Club como la afición consideramos innegociables. Y queríamos calma para que la afición pudiese asumir nuestras sinceras disculpas. […]. A los miles y miles que, desde el pitido inicial, convertisteis vuestra lógica frustración en energía y que nos ayudasteis a afrontar un partido complicado: ¡GRACIAS! Vuestro apoyo fue esencial para que los jugadores empujaran y empujaran en busca de una victoria que todos deseábamos, pero que finalmente se resistió a pesar de haberlo intentado hasta el último minuto. ¡Gracias por ser una familia que apoya incluso en los peores momentos!”, expone el directivo.
Además, Luis García promete esfuerzo y trabajo de cara a lo que resta de temporada. La permanencia parece una utopía a estas alturas y el propio director general corporativo reconoce que “la exigencia es recuperar la dignidad”, la misma que se ha perdido con el paso de las jornadas en esta temporada 2024/25, pero asegura que el club no tira la toalla y aprovecha la ocasión para garantizar ese mismo compromiso en lo que a él compete. “Desde el Club seguimos y seguiremos trabajando para estar a la altura, movidos por la ambición de mejorar nuestras estructuras y nuestro proyecto a medio y largo plazo para seguir construyendo juntos la Historia del Real Valladolid. En mi caso personal, aprovecho mis nuevas responsabilidades como Director General Corporativo para ponerme al servicio de todos vosotros en ese objetivo para el que no escatimaré ni un solo esfuerzo”, concluye.
En estos momentos no está de más la comunicación entre la directiva y la afición, pero el equipo necesita resultados. Hechos por encima de palabras. Por delante quedan doce jornadas y la salvación está a ocho puntos, técnicamente a nueve por el golaveraje. La deriva del equipo en lo deportivo y en lo institucional ante una hipotética venta del club hacen que la marea esté revuelta en Zorrilla. Ahora, en mayor medida que ayer y en menor que mañana, es el momento de actuar para intentar obrar el milagro de mantenerse en Primera División, como ya hizo en su día don Vicente Cantatore.