El Real Valladolid, que viene de empatar dos encuentros contra rivales directos, visita a un Athletic que no se juega nada, pero que siempre da batalla
El Real Valladolid no ha conseguido ganar sus finales y por eso se encuentra en una situación límite, de la que, no obstante, saldría ganando este miércoles en San Mamés. Dos victorias en los últimos 16 partidos y tan solo tres puntos en las últimas cinco jornadas hacen que el equipo esté en descenso con 29 puntos a falta de seis. Por su parte, el Athletic Club se encuentra en tierra de nadie, sin posibilidades de ir hacia Europa ni hacia la zona roja de la tabla, los de Marcelino siempre salen a competir, dan la cara e incluso se llevan los partidos, como en la victoria ante el Atlético de Madrid en el último encuentro.
El conjunto de Sergio recibía al Elche catalogando el partido como una final y esa etiqueta estuvo lejos de la realidad. En la visita del Cádiz a Zorrilla pasó lo mismo en la segunda parte, aunque la primera fue muy buena. Dicen que a la tercera va la vencida, pero tal y como está el panorama y observando situaciones anteriores, sería normal pensar más en negativo que en positivo. Sin embargo, si hay una reacción y se consiguieran los tres puntos sería un chute de adrenalina importante, porque como dijo Mia Ham, «la persona que dijo ganar no lo es todo nunca ganó nada». Esa es la actitud con la que debería salir el Valladolid en San Mamés, y por las palabras de Sergio González parece que así será: «El directo del fútbol marca, pero de inicio la idea siempre es ir a ganar».
El conjunto blanquivioleta llega por primera vez en la temporada con todos los jugadores a disposición de Sergio, a excepción de Raúl Carnero por lesión y Kodro por la ‘cláusula del miedo’. Las buenas noticias son que Hervías, Javi Sánchez, El Yamiq, Weissman y Marcos André están totalmente recuperados y lo más probable es que varios de ellos sean de la partida en el once. La duda puede venir en portería, donde las rotaciones ahora son en favor de Roberto, pero veremos si cambian o no. El Yamiq y Joaquín pueden repetir en el centro de la zaga, aunque con todos disponibles puede poner a cualquiera. Janko puede volver a la titularidad en el lateral derecho y lo del mediocampo hacia delante no aparenta sufrir cambios: Plano y Orellana por bandas, Roque con Alcaraz en el doble pivote y Weissman con Marcos André arriba.
La situación no es buena, pero Sergio va a seguir hasta final de temporada y el míster apeló por creérselo y dar un paso adelante: «Tenemos gente con experiencia y podemos, tenemos y debemos hacerlo porque es lo que marcará la diferencia. Cuando no te salen bien las cosas es cuando hay que encontrar esa templanza para solventarlo de una manera más airosa e ir creciendo».
Por su parte, el equipo de Marcelino llega a este partido con ganas de resarcirse después de las dos derrotas en las finales de Copa del Rey, pero reforzado por la victoria ante el líder de la competición. La noticia positiva para los leones, es, como dijo Sergio, que son un equipo que «bascula bien, tras robo son muy verticales con el foco en Williams que rompe espacios de manera brutal, muchas diagonales, laterales con mucho recorrido, un equipo compensado y equilibrado».
Los encuentros anteriores marcan la tendencia de las visitas del Real Valladolid al feudo del Athletic Club. El Pucela solo ha ganado tres veces en el feudo vasco y los resultados más recientes fueron 1-1, en los últimos dos años, con el recuerdo especial de la diana de Óscar Plano en el minuto 92 en diciembre de 2018. Para remontarse a la última victoria blanquivioleta en San Mamés hay que ir hasta la 2003/04, cuando goleó por 1-4.
Este miércoles se celebrará un duelo de máxima necesidad para unos y de resarcimiento para otros. La tendencia negativa de resultados es aplicable a un Real Valladolid que tanto jugar con fuego está muy cerca de acabar quemándose, ya que lleva los mismos puntos ahora 29, que hace un mes en el minuto 92 contra el Sevilla. El conjunto pucelano tiene que quitarse ese miedo a perder que le lleva martirizando varias jornadas y aplicarse esta frase de José Mourinho: «Mis equipos no tienen miedo a perder, y un equipo que no teme perder ganará más partidos y jugará mejor que uno que sí».