Sin ser los favoritos de su grupo, Celta B, Unionistas y Zamora se medirán al Real Valladolid Promesas tras completar una primera fase casi perfecta
Cuando el aficionado del Real Valladolid Promesas echaba un vistazo en octubre al Grupo del al lado, el 1-A, y veía a equipos de la talla del Deportivo, Pontevedra o Racing de Ferrol, se podía hacer la idea de cuáles serían los rivales que se encontraría de cara a la siguiente fase. Hoy, en abril de 2021, la situación es muy diferente a lo que las casas de apuestas vaticinaban.
Celta B, Unionistas y Zamora. Tres equipos que, a priori, no esperaban encontrarse en este contexto pero que, tras completar una primera fase de gran mérito se medirán al Promesas en la lucha por entrar en el play-off. Equipos muy regulares y comprometidos en su juego llegan a esta fase de la temporada con los objetivos ya cumplidos, y con la idea de continuar creciendo y seguir haciendo disfrutar a su afición.
Celta B, velocidad y descontrol a partes iguales
El filial celeste, que terminó la primera fase con una tendencia claramente ascendente, tras lograr el liderato del Grupo 1-A gracias a los treinta puntos conseguidos. Se trata de una cifra muy meritoria, y más si se atiende al inicio de temporada que llevaron a cabo los gallegos. Con muchas dudas en sus filas y con un estilo de juego todavía sin explotar, los de Onésimo no lograron su primera victoria hasta la quinta jornada, cuando ganaron por dos a cero al Zamora.
Este triunfo çsupuso un punto de inflexión para el filial del Celta, que desde ese partido se ha convertido en el mejor visitante de los dos subgrupos del grupo 1, con 19 puntos, cifra con la que supera los 17 del Burgos y los 14 de la Cultural.
Esta cara de la moneda dista mucho de la que han llegado a ofrecer como locales. Y es que los vigueses no aprovechan las oportunidades en las que juegan en su campo. Muestra de ello son los puntos cosechados en Barreiro, donde solamente han acumulado 11 de 27 puntos posibles, sumando únicamente tres victorias en nueve partidos.
Para explicar esta situación entra en escena el primer punto fuerte del equipo de Onésimo, la velocidad y verticalidad. Es un equipo que busca constantemente el contraataque y la velocidad de sus puntasy que ha destacado durante toda la primera fase por su capacidad goleadora. 22 tantos que han hecho que sea el equipo más goleador del subgrupo, empatado con el Racing de Ferrol.
Esta cifra ha llegado a costa de sacrificar el control del juego. Con un sistema de 4-4-2, los gallegos pecan en muchas fases de partido de un exceso de locura. Y es que, deseosos de mostrar su poderío físico y su verticalidad, los celestes sufren en los partidos en los que el rival les regala la pelota y son ellos lo que tiene que proponer y llevar el peso del juego. Esta falta de concentración y de control del ritmo que ha traducido en una cifra más que significativa de goles encajados, 20 solo en la primera fase.
El estilo de juego no parece preocupar a su técnico. Onésimo Sánchez, viejo conocido de la afición pucelana, es otra de las claves del triunfo de este equipo. El vallisoletano ha creado un Celta B atrevido y vertical, estableciendo con ello una propuesta de juego basado en un constante ida y vuelta, que hasta ahora el equipo ha seguido a rajatabla.
Una de las claves de ese sistema ha sido el papel de Sergio Carreira. Lateral derecho de 20 años es una de las perlas del fútbol gallego. Carrilero con enorme recorrido ofensivo, es un puñal por banda derecha, aunque por falta de experiencia y de exceso de confianza peca a la hora de trabajar para recuperar posiciones defensivas.
Unionistas de Salamanca, un muro con la pólvora mojada
Con uno de los presupuestos más bajos de toda la Segunda División B, el Unionistas de Salamanca se ha plantado en la siguiente fase de la competición contra todo pronóstico. Y lo hizo de la mejor manera posible, en la última jornada, ante su afición y con un empate a uno ante el Racing de Ferrol.
El equipo de fútbol popular, donde sus socios son los dueños del club y deciden con sus votos las decisiones más importantes de la entidad, se presentó a esta campaña con el objetivo de clasificarse para Segunda RFEF. Ahora, con la clasificación a Primera RFEF asegurada, los salmantinos llegan a esta segunda fase sin nada que perder y todo por ganar.
La clave de este año de ensueño ha sido el trabajo en bloque y el sacrificio defensivo. Es posible que el fútbol del Unionistas pocos lo destaquen como vistoso, pero nadie puede dudar que su efectividad está más que contrastada. Con un trabajo homogéneo en todas sus líneas, los blanquinegros son el equipo que menos goles ha recibido de todo el Grupo 1, solo 10 tantos. La mayoría de ellos en la recta final de la competición.
Y no solo hay que alabar el juego de la zaga de los charros, sino que el club ha invertido una gran esfuerzo por crear un medio del campo firme, duro y creativo. Con las incorporaciones de Mandi Sosa, Iñigo Muñoz y Cris Montes en el mercado invernal, Unionistas ha conformado una telaraña infranqueable en medio del campo.
A estos nombres se les suma el de Carlos de la Nava. El canterano es el motor y cerebro de este equipo. Partiendo desde la mediapunta, es el futbolista todoterreno de este equipo. Capaz de recibir de espaldas y girarse, abre el juego para las internadas de los laterales en busca de centros al área.
Su juego defensivo, rudo y fiable se ha visto empañado por dos elementos que el equipo y castellano leonés ha arrastrado en esta primera fase: la falta de acierto y la inexistencia de un ‘9’ de referencia claro. Con solo 17 goles a favor, es el cuarto equipo menos goleador del subgrupo 1-A, y el que menos han conseguido de los seis clasificados. Una cifra que poco concuerda con el número de ocasiones creadas por partido y con el acierto que parecía demostrar al principio de la temporada.
Sin embargo, el paso de las jornadas ha evidenciado la escasez goleadora de sus hombres de referencia, y este hecho ha provocado que Hernán Pérez haya tenido que rotan constantemente de jugadores en la posición de delantero. Pero ni el canario Aythami y el salmantino Diego Hernández han dado con la tecla para transformarse en el goleador que el equipo necesita.
Esta situación el conjunto salmantino deberá trabajar para revertirla si quiere hacer cara a equipos como el Burgos o el propio Real Valladolid Promesas, conjuntos que ya han demostrado poseer un abanico amplio de opciones en cuanto a poderío ofensivo se refiere.
El Zamora CF, de ‘cenicienta’ a tumbar a los grandes
En una situación muy similar al Salamanca, el Zamora CF llega a la siguiente fase sin nada que demostrar y con los objetivos de la temporada cumplidos. Recién ascendido esta temporada, el equipo rojiblanco ha sabido aprovechar la tendencia tan positiva que viene acumulando desde la pasada campaña.
Catalogado por muchos como la ‘cenicienta’ del subgrupo 1-A, el Zamora CF ha ido tumbado a todos los rivales que se le han puesto por delante, siendo los primeros del grupo en clasificarse matemáticamente para la Primera RFEF.
Un equipo, el de David Molilla, que ha hecho suyo un estilo de juego que ha mantenido desde su etapa en Tercera División. Con la mayoría de la plantilla intacta desde entonces, los zamoranos abogan por un juego y donde disfrutan siendo los protagonistas.
Un juego coral que ha hecho que el equipo rojiblanco desarrolle un fútbol directo, donde cada hombre que se encuentre en el campo tenga opciones de crear peligro. Un ejemplo de ello son los goles desde disparos lejanos. Con 18 goles convertidos a lo largo de la primera fase, seis han llegado desde fuera del área, un tercio del total.
La culpa de esta estadística la tiene el mejor del conjunto zamorano, Carlos Ramos. Alma del equipo fuera y dentro del terreno de juego, el mediocentro ha sabido aportar la cabeza y el tesón que tanto necesitaba el equipo. Con un gran juego de pies, el zamorano ya ha demostrado tener un golpeo de balón excelso, anotando cuatro tantos más allá del área.
Uno de los puntos débiles de este Zamora se asemeja mucho al del Salamanca. Es un equipo muy firme en juego y en defensa, pero con falta de pólvora arriba. 18 tantos no dejan de ser un cifra baja para un equipo que lucha por entrar en el play-off por el ascenso. Una nota negativa que suma a la falta de experiencia en este tipo de situaciones y con un factor fundamental, las lesiones.
Y es que el equipo de Molilla no ha disfrutado de una temporada tranquila en cuanto a la salud de sus jugadores. Con varias bajas en sus filas, los zamoranos cuentan con hasta cuatro hombres lesionados de larga duración y que estarán fuera para esta segunda fase. La última de ellas la de Asiel Mateo, que tras volver de una lesión grave se rompió el tendón de Aquiles en el último choque en Riazor.
Sin embargo, y con una mentalidad que comparte con Unionistas, el equipo castellano llega a esta fase consciente de una cosa: lo que pase a partir de ahora solo puede ser positivo. Sin presión y con la confianza ganada en la primera fase, los zamoranos buscarán seguir trabajando en la solidez y el juego coral que les ha caracterizado, sin dejar de soñar, obviamente, por alcanzar esos play-off
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Tres rivales, seis partidos, y un sueño para el Real Valladolid Promesas, los play-off. Los de Baraja no podrán dormirse ante rivales que, a priori, son inferiores pero que ya han demostrado competir como nadie. Llega la hora de la verdad, el momento de la temporada donde un fallo puede hacer que el sueño se torna en pesadilla.