El directivo del CD La Cistérniga reconoce que la pandemia está provocando cierto miedo entre los padres, pero aboga por «seguir haciendo deporte para que los niños no pierdan la ilusión»
La pandemia sigue haciendo estragos en los equipos más modestos del fútbol vallisoletano. Uno de los afectados es el CD La Cistérniga, que ve como «cada día» va «perdiendo jugadores». Rubén Casado, tesorero del club, lamentó en los micrófonos de #HacemosCantera en Radio Marca que «este año está siendo muy difícil por la situación». El club del alfoz retomó los entrenamientos en enero, pero «hay mucho miedo entre los padres de los jugadores».
Desde el comienzo de los entrenamientos, La Cistérniga tuvo que hacer frente a su temporada más insólita y quizás la más triste. «Empezamos en octubre y a las dos semanas tuvimos que parar porque hubo rebrotes. Muchos niños se fueron a otros equipos para seguir entrenando», comenta, Casado quien ve muy difícil entrenar cuando prácticamente los «ejercicios son individualizados».
No obstante, a pesar de las dificultades aboga por «seguir haciendo deporte para que los niños no pierdan la ilusión». Además, el arranque de las competiciones está a la vuelta de la esquina y aunque ve difícil poder competir este año, Rubén no quiere que «pille a los jugadores parados» en el caso de que la situación mejore.
Respecto a los protocolos que se han establecido en las instalaciones, el directivo reconoce que «son muy estrictos». Los catorce equipos que forman parte del club tienen que compartir un solo campo. «Tenemos que cuadrar los entrenamientos para que no coincidan los equipos. Además, hemos ampliado los horarios hasta el sábado», comenta.
Por último, el tesorero lamenta que cada año hay más niños que se van a otros equipos de Valladolid. «En el club somos unas doscientas personas. Actualmente sacamos equipos de todas las categorías, pero cada vez nos está constando un poco más«, concluye.
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