El Pucela no estuvo a la altura del partido y el conjunto oscense le pasó por encima en un baño de fútbol, actitud e intensidad. Rafa Mir fue el héroe con un hat-trick

Este encuentro era una final para ambos equipos. Solo uno de los dos salió con esa idea y fue la SD Huesca. El conjunto de Pacheta demostró un desglose de intensidad y fútbol en todas las facetas del juego. El Real Valladolid de Sergio González salió a verlas venir, sin ideas y con muchas imprecisiones en el mediocampo. Por si eso fuera poco pasada la media hora de juego llegaron los errores defensivos habituales jornada tras jornada. Joaquín no cubre su marca en el primer gol, y con Bruno y Nacho como acompañantes pierden la espalda en el segundo y tercer gol. Así, el Valladolid realizó su peor partido de la temporada en el momento más importante.
Parece que este Pucela ha tocado fondo. Las responsabilidades se pueden cargar sobre muchas espaldas, pero el entrenador reconoce su culpa: “El principal culpable soy yo”. Y para unos cuantos tiene razón, su idea y su ciclo ha caducado en este club para un sector de la afición, pero también hay jugadores que están a un nivel muy pobre: Bruno, Joaquín, Alcaraz y, sobre, todo Nacho Martínez. Si el Valladolid quiere levantar el vuelo tiene que recuperar su identidad, la solidez defensiva, y a partir de ahí, crecer, porque ahora mismo venga quien venga no se les ve capaces de levantar esto.
El partido comenzó con ocasiones para ambos lados. Avisó Rafa Mir en el minuto 2 con un disparo peligroso que se marchó por poco. Tuvo su réplica el conjunto blanquivioleta con un cabezazo de Kike, que se marchó alto, y en otra llegada con un centro de Orellana al segundo palo que buscaba a Weissman, pero que salvó el portero Álvaro Fernández. El Huesca dominaba el partido con la posesión y poco a poco se acercaba más al área rival. Era el ‘9’ oscense quien protagonizaba todos los remates de los suyos, como un cabezazo que blocó Masip en el minuto 28 y al que contestó Plano, también con la testa, con la ocasión más clara del partido hasta el momento. Su cabezazo se marchó arriba.
En el minuto 37, Pablo Maffeo puso un centro con música, sin oposición, que el Real Valladolid no supo defender. Rafa Mir conectó un cabezazo solo en el área pequeña y así subió el 0-1 al marcador. Con ese resultado se llegó al descanso y el Pucela todavía tenía tiempo de reaccionar y remontar.
Tras el paso por vestuarios parecía que el Valladolid quería el balón y acercarse al área rival, pero pronto se llevó un mazazo tremendo, el segundo del Huesca. De nuevo, Rafa Mir aprovechó el hueco por la banda de Nacho y Maffeo dio un pase perfecto a la espalda de Bruno y Joaquín para definir con la puntera y poner el 0-2 en el electrónico. Mismos protagonistas que en el primer gol. La reacción del Pucela fue inexistente y en el minuto 57 recibió la sentencia. En tres toques Rafa Mir se plantó solo en la frontal para lograr su hat-trick con una definición exquisita. Toni Villa, ya en el descuento, se valió de una jugada de Hervías por banda para, con un chut cruzado, hacer el gol blanquivioleta y poner el 1-3 final en el marcador.
Con 20 puntos tras esta jornada 21 en LaLiga Santander, el Real Valladolid continúa 16º, dos puntos por encima del descenso, a expensas de lo que hagan sus rivales. La próxima semana, el equipo viaja a Vitoria para jugar otra final, ante el Deportivo Alavés (viernes 5 de febrero, 21:00 horas). Si quieren conseguir los tres puntos tienen que parecerse muy poco al Pucela que se ha podido observar en el día de hoy.