Una victoria en la prórroga por 2-3 permite al Real Valladolid avanzar una ronda más en Copa del Rey
El Real Valladolid viajaba al Estadio Antonio Lorenzo Cuevas casi 365 días después para enfrentarse otra vez al Marbella FC. Con el mismo partido y en la misma fase del torneo que el año pasado, el Pucela estuvo cerca de tener el mismo final. Si bien en enero de 2020 el encuentro se decidió en penaltis, esta vez fue en el minuto 110 del tiempo extra gracias a un gol de Óscar Plano.
El partido, como la mayoría de estos duelos coperos, arrancó con ciertas rotaciones. Roberto en portería; Vilarrasa, del filial, en banda izquierda; Waldo por delante y Kuki arriba eran las principales novedades del once del que dispuso Sergio González. Estos partidos coperos, que ahora ya no se deciden a ida y vuelta, obligan a los entrenadores a plantear alineaciones más serias para evitar sorpresas. Así que los ya mencionados fueron acompañados desde el inicio a algunos habituales titulares como Sergi Guardiola, Óscar Plano y Pablo Hervías.
Con el pitido del árbitro ya dado comenzó a rodar la bola el Pucela, en los primeros minutos los jugadores blanquivioletas sorteaban balones en largo y cambios de banda como si el suelo quemara. A pesar de tener la pelota, el primer aviso serio lo dio el Marbella cuando a los veinte minutos Roberto realizó un despeje y una parada en una misma acción. Luego, Óscar Plano, a la postre salvador del Real Valladolid, se encargó de replicar estos sustos en la portería contraria sin acierto en sus primeros intentos, gracias en parte a Santomé, el portero local.
Con pocos destellos se marcharon al descanso ambos equipos en una ciudad tan famosa por sus luces. Hubo que esperar al segundo tiempo para ver el primer gol: una carrera de Waldo por la banda izquierda, de las que se echan en falta en Zorrilla, para pasar la bola rasa al centro del área y que Kuki Zalazar remató al primer toque para hacer el 0-1.
Pero poco le duró la alegría al hispano-uruguayo, ya que a los nueve minutos el Marbella lograría empatar y hacer como si nada hubiera pasado. Un penalti de Roberto en una salida propició que ‘el pirata’ Esteban Granero anotara desde los once metros con una sutileza que demuestra que aun conserva esa clase con la que jugó en la élite.
Ya con algunos cambios en los dos conjuntos, el equipo del José Zorilla supo reponerse al bache del empate y lanzarse a por el partido. A través de otra cabalgada de Waldo Rubio se volvió a poner por delante el Real Valladolid, prácticamente misma jugada por el costado izquierdo para que esta vez resolviera Óscar Plano en dos sencillos toques: control para quitarse al defensa y tiro.
Con quince minutos para el final parecía que estaba encarrilada ya la eliminatoria, pero a estos Marbella-Real Valladolid no les gusta acabar de manera sencilla. En el tiempo de descuento, Gudiño, cazó un balón en la frontal a la salida de un córner y anotó el empate a dos, que daba esperanzas a los suyos y metía el miedo a los visitantes. Media hora más como mínimo, si no acababa como el año pasado.
El Real Valladolid supo llevar mejor estos treinta minutos extra mejor y pudo, aunque no con excesiva facilidad, anotar el tanto de la victoria. Un enchufado Óscar Plano batió a Santomé con su pierna mala y celebró bajo la lluvia el que ya parecía el gol definitivo del encuentro. Afortunadamente para el madrileño y sus compañeros así fue. De esta forma el Pucela avanza, de nuevo con el sufrimiento de Marbella, una ronda más en la Copa del Rey.