Después de valorar los tres partidos consecutivos sin perder, la racha llegó a su fin por culpa de los goles de Lemar y Marcos Llorente

Tercera visita del Real Valladolid al Wanda Metropolitano y tercera derrota desde que el conjunto colchonero inauguró su nuevo feudo. El Pucela llegó a la capital española, como casi siempre, necesitado de puntos. Esta jornada estaba todavía un poco más ahogado, después las amplias victorias que previamente habían logrado Celta y Levante, rivales directos en la parte baja.
Con todo ello, Sergio salió con un once con muy variado, cambió su particular 4-4-2 por un 4-2-3-1; con Marcos André arriba, como era de esperar, debido a su buena racha goleadora; Kike Pérez de enganche; Jota y Plano por las bandas; en el centro, debutó como titular Roque Mesa junto a Alcaraz; y en defensa solo un cambio: Javi Sánchez por Joaquín.
La primera parte del conjunto blanquivioleta fue tremendamente superior a la segunda. Los de Sergio salieron muy bien al campo y tuvieron varios disparos lejanos a la portería de Oblak, que el guardameta esloveno detuvo sin demasiadas complicaciones. Los rojiblancos también sus oportunidades en el primer tiempo, pero Masip atrapó todos los balones aéreos y el único susto que dio fue un mal despeje a un disparo lejano de Correa, que Luis Suárez no supo aprovechar. Por su parte, en defensa, Bruno cuajó un gran partido. Ganó la mayoría de los balones que caían al área y no tuvo ningún fallo como en jornadas anteriores.
Estaba siendo un primer tiempo emocionante, el Real Valladolid dio la sensación de que podía marcar un gol si tenía una ocasión clara. Óscar Plano tuvo una dentro del área que no logró finalizar bien con su pierna derecha y otra lejana desde la frontal. El partido invitaba a algo más que un cero a cero. Marcos André también probó suerte desde lejos, pero no encontró el tanto para seguir con su racha goleadora. Hasta Rubén Alcaraz se animó en dos ocasiones a disparar desde fuera del área.
Con el mismo resultado con el que empezó el partido se fueron al descanso y, tras el paso por vestuarios, la situación se tranquilizó un poco más. El Real Valladolid bajó un poco las revoluciones, probablemente pensando que el cero a cero no era tan mal resultado. En la segunda mitad ‘el Cholo’ sacó a Vitolo del campo y metió a Marcos Llorente en busca de darle al partido esa marcha que el Pucela había quitado.
Y, cuando estaba a punto de llegar el primer doble cambio del Atlético, Lemar remató un balón raso a pase de Trippier que se paseó cuanto quiso de lado a lado del área de Masip. Con el portero en el suelo, vencido por el primer intento de remate de un jugador colchonero, Thomas golpeó al esférico con delicadeza para que la pelota pasara ajustada al palo y por encima del portero.
Al minuto surgieron los cambios que estaban planeados, entraron Joao Félix y Koke. Sergio también reaccionó al gol y poco tiempo después dio a Weissman y Toni Villa la oportunidad, o la responsabilidad, de intentar levantar el resultado. Ahora sí, con el 1-0 Simone reservó a Luis Suárez que venía de dos semanas de inactividad por Covid-19 y metió a Kondogbia para controlar el partido.
Sergio González trató de cambiar las cosas dando lugar a Janko por Hervías y Míchel por Nacho, en una búsqueda de restructuración del equipo. Aun así, el conjunto del Pisuerga no supo recomponerse del gol y seguir manejando el balón como en la primera parte y, en un balón que pone Trippier en largo, Marcos Llorente le gana en velocidad a Bruno y define muy bien ante Masip. Uno para uno y gol por la escuadra del jugador madrileño.
Ahí, el partido murió prácticamente, si no lo estaba ya y se consumó la sexta derrota en liga del Real Valladolid que, a falta de que jueguen Huesca -actual farolillo rojo – y Osasuna, le deja decimonoveno a un punto de la salvación, pero con dos partidos más que los navarros.