Sergio González ha agotado los cambios en cuatro de los once partidos disputados

El Real Valladolid tiene un gran fondo de armario en su banquillo, pero el míster blanquivioleta suele usar tarde estas armas en algunas ocasiones

Sergio Gonzáles ante el Levante || Foto: LaLiga

Después del empate ante el Levante donde Sergio González solo hizo tres cambios, han llovido las críticas hacia el entrenador del Real Valladolid. Mover el banquillo siempre suele ser un aspecto positivo, pero si los cambios no se hacen cuando se debe deriva en algo negativo. Hacer más cambios no significa que estén bien hechos, ni menos que estén mal. Lo que importa es el momento, a quién se da entrada y a quién se cambia. El Real Valladolid ha hecho los cinco cambios en cuatro ocasiones (Betis, Alavés, Real Madrid y Huesca), realizó cuatro sustituciones en otros cuatro encuentros (Éibar, Villarreal, Athletic y Granada). En los restantes solo se dio entrada a tres hombres de refresco.

En este último encuentro, el conjunto granota empata el partido cuando el Pucela solo había hecho un cambio. Se veía un equipo desgastado físicamente y que había perdido el mediocampo. El día del Granada se hicieron cuatro cambios y tres de ellos fueron los mismos que el día del Levante. El problema viene en que contra los nazaríes se hicieron entre el minuto 68 y el 77, cuando se veía que el equipo se venía abajo, y contra el Levante se esperó al minuto 85 para hacerlos. Por lo tanto, los cambios se hicieron bien en cuanto a jugadores, pero muy tarde, casi no había capacidad de reacción. En ocasiones, Sergio González elige tarde, lo que puede provocar condicionantes como la vida que recibieron los de Paco López.

El momento en el que agitar la coctelera depende mucho de cómo transcurra el partido, para determinar así si haces cambios ofensivos o defensivos. Si tienes que remontar el partido se suelen introducir cambios de ataque y pronto. Sergio lo hizo ante el Betis, y el Villarreal con sustituciones en el descanso. Cuando los encuentros están igualados, el entrenador blanquivioleta realiza la primera sustitución entre el minuto 58 y el 70. Buen momento para hacerlos, porque hay tiempo de sobra para que surjan efecto. Sin embargo, la afición vio una vez más una demora a la hora de mover el banquillo, además, para volver a defender el resultado.

La reacción tardía a través de los cambios ha sido una constante en estas once primeras jornadas, o al menos esa sensación ha dado, puesto que en ocasiones las sustituciones han tardado más que las sensaciones en ir a menos, como sucedió contra el Levante, pero también ante el Eibar y el Real Madrid. Aunque no sucede tanto con los primeros, la tendencia es a introducir variantes a partir del minuto 80 o más tarde, y pocas veces el devenir de los partidos ha cambiado en ese tramo, siendo a veces esos cambios defensivos, lo que unas veces ha salido bien y otras mal.