El delantero brasileño ha demostrado en las últimas jornadas sus ganas de progresar y su perfil puede resultar muy aprovechable en el ataque del Real Valladolid

Foto: Sergio Borja
La llegada de Shon Weissman al Real Valladolid hizo vibrar a la afición, que ansiaba un nueve goleador desde la marcha de Jaime Mata. Los 37 goles que anotó la campaña pasada eran muy vistosos para el ojo de cualquier hincha blanquivioleta. Sin embargo, el futbolista que ha sido capaz de revolucionar el ataque del Pucela en este inicio liguero ha sido un brasileño de São Luís que llegó la temporada pasada y se marchó cedido inmediatamente al Mirandés. Marcos André debutaba en Primera y en el equipo de Sergio González en el presente curso y, a base de trabajo, atrevimiento, desparpajo y, sobre todo, mucho fútbol, Miguel Ángel Gómez ya le ha colgado el cartel de intransferible.
«Cuando sales de tu país y vienes para acá solo no te queda otra que pelear y tener hambre por llegar lo más arriba posible», dijo el futbolista el pasado agosto. Esa mentalidad que representaba con palabras, la respalda con hechos, y es que, Marcos André no ha llegado a su nivel actual solo por su capacidad futbolística, sino que a su calidad le ha sumado esa ambición y esas ganas de trabajar para cumplir sus objetivos. Es por ello por lo que no se dudaba en un principio de su adaptación en una categoría superior a la que estaba acostumbrado.
Aunque debido a lesiones y molestias no pudo entrar de lleno en el arranque, una vez estuvo recuperado se hizo rápidamente con un hueco en la convocatoria y, posteriormente, en el once inicial. Debutó frente al Real Club Celta de Vigo en la jornada tercera, que precisamente fue su primer equipo cuando vino a España. De ahí en adelante, ha convencido en los entrenos y en el terreno de juego y se ha ganado la confianza de Sergio González.
A sus veinticuatro años, es un ariete muy completo y con una buena planta. Desde su etapa en el Logroñés, se ha podido observar su poderío en el juego aéreo y su potencia a la hora del desborde, sin dejar de lado la técnica. No obstante, lo más destacable de este futbolista son sus movimientos entre líneas, ya sea para hacer un desmarque de apoyo o de ruptura, o para arrastrar defensores y generar un espacio aprovechable por otros compañeros. Por tanto, quizás sería interesante verlo codo a codo con Weissman en la delantera blanquivioleta, ya que no solo es capaz de asociarse con otro goleador, sino que juega incluso mejor con un apoyo, y el israelí es un rematador al que también le vendría bien una sociedad que le ofrezca oportunidades de cara a puerta. Es una opción que apenas se ha podido ver debido a las decisiones técnicas de Sergio González.
También, es uno de esos delanteros capaces de prever dónde puede caer el balón y acecha esa zona en busca de cualquier ocasión de anotar un tanto, como hizo en su estreno goleador como blanquivioleta en esa primera victoria frente al Athletic Club. El jugador atisbó la jugada y supo colocarse a la espera del rechace de Unai Simón para ver puerta por primera vez en La Liga Santander. Del mismo modo, huele la sangre de lejos como si de un tiburón blanco se tratase, y utiliza cualquier mínimo fallo del rival para atacar sin piedad, y así lo demostró en el mismo encuentro unos minutos antes, en la acción en la que provoca el penalti que transformaría posteriormente Fabián Orellana.
El último partido ante el Granada confirmó la buena adaptación de Marcos André a la categoría. De nuevo fue protagonista y vio puerta por segunda jornada consecutiva, el brasileño marcó un gol marca de la casa en una jugada característica suya. Se desmarca hacia la banda, recibe, conduce en diagonal hacia la portería, amaga, recorta y la cruza a la perfección con la pierna izquierda. Una acción similar a otras tantas que se vieron en Las Gaunas o en Anduva.
El atacante del Real Valladolid no ha hecho más que empezar su andadura en Primera División. Desde luego, deberá madurar en la máxima categoría del fútbol español, pero ese chaval que en su día confesó que su sueño era jugar en Champions, en una entrevista lúdica y desenfadada con el Logroñés, no va por mal camino. Quizás aún le quede lejos ese objetivo, aunque potencial tiene y hambre le sobra. No obstante, lo que tiene aquí y ahora es una oportunidad de consolidarse en la élite con el conjunto del José Zorrilla y acabar la temporada como uno de los futbolistas más destacados del equipo, con una buena suma de minutos a sus espaldas, nuevas experiencias y quién sabe si un buen número de goles. Esos goles que tanto echaban en falta los seguidores del Pucela en un delantero.