El Real Valladolid no ganaba dos partidos seguidos desde mayo de 2019, cuando se consiguieron contra el Athletic y contra el Rayo Vallecano
El Real Valladolid ha logrado salir del último puesto y de la zona de descenso gracias a sus dos últimas victorias consecutivas frente a Athletic Club y Granada, algo que no pasaba desde hacía año y medio.
Fue en la temporada 2018/19, la primera de Sergio en la Liga Santander tras el milagroso ascenso de la campaña anterior. Ese curso el Pucela llegaba a la jornada 36 en puestos de permanencia, pero sin nada asegurado, y recibía al Athletic Club en casa –igual que este año– con la necesidad de ganar para quedarse en Primera División. Entonces, ganó por uno a cero con un tremendo gol de Waldo desde la frontal del área y se acercaba a otro año en la élite.
A la jornada siguiente visitaba el Estadio de Vallecas para enfrentarse a un rival directo por la salvación. Mediante un sufrido uno a dos frente al Rayo Vallecano se aseguró su continuidad en la máxima categoría. Aquella fue la última vez que el Real Valladolid ganó dos partidos seguidos hasta este domingo, cuando el uno a tres al Granada puso fin de una vez por todas a esa mala racha.
Cualquiera que oiga que su equipo no gana dos partidos seguidos desde hace año y medio se tiraría de los pelos pensando en lo mal que lo están haciendo sus jugadores, pero tampoco es el caso del Real Valladolid. Sí que es cierto que una temporada entera sin poder sumar seis puntos seguidos, como fue la 2019/20, puede saber a pobre, pero en equipos como el Pucela se demuestra que una liguera buena racha no te certifica salvarte al final de temporada.
Al fin y al cabo, el conjunto blanquivioleta se mantuvo en Primera los cursos pasados con cierta solvencia, acabando decimosexto y decimotercero, a cuatro y a seis puntos de diferencia del descenso, respectivamente. Ese equipo podría no tener continuidad en las victorias, pero ganaba los partidos que tenía que ganar. El año pasado no perdió ningún encuentro contra sus rivales directos, algo clave para marcar diferencias al final de la campaña con sus competidores.
Porque dos triunfos consecutivos pueden subir el ánimo, pero lo que cuenta al final del curso es la continuidad de resultados y la regularidad. El calendario también puede facilitar esto, pero las claves en estos casos siempre son no encajar muchos goles y no dejar escapar partidos, una tendencia que esta campaña no se está repitiendo igual que en las anteriores, aunque no consiguieran ganar dos partidos seguidos.