El canterano segoviano del Real Valladolid subió este pasado fin de semana a la primera división de Finlandia con el KTP Kotka

Después de su paso por la liga chipriota y por un amplio abanico de equipos de las divisiones menores de España, Asier Arranz logró este fin de semana, a sus 33 años, el quinto ascenso de toda su carrera. Consiguió hacerlo en las filas del KTP Kotka finés, por el que firmó en agosto, y con el que dio el salto a la máxima categoría.
Nacido en Segovia, llegó a la cantera del Real Valladolid a los quince años y debutó con el primer equipo a los diecinueve –en la temporada 2006/07–, llegando a jugar veintiún partidos entre Segunda División y Copa del Rey y pudo celebrar su primer ascenso a Primera, de la mano de José Luis Mendilibar.
Anteriormente había subido con el filial a Segunda B y, pese a ello, sus dos siguientes temporadas las jugó en Segunda División, la primera con el Alavés –donde disputó siete encuentros– y la segundo con el Xerez. En el conjunto andaluz disfrutó su segunda subida a Primera División en la temporada 2008/09. El siguiente año volvió al conjunto pucelano, pero solo jugó tres partidos antes de ser traspasado al CD Numancia.
El equipo soriano también decidió cederlo y estuvo un año jugando en Segunda B con el Teruel y el Pontevedra. Con veinte partidos disputados al final de la campaña, el Sestao River lo fichó y el centrocampista segoviano se quedó otro año jugando en la tercera categoría del fútbol español.
El trasiego por las ligas menores continuó en Tercera División con la Gimnástica Segoviana, por la que fichó en la 2012/13. Allí estuvo cinco años, pero en dos etapas; en la 2014/15 se fue al Atlético Astorga, de nuevo a Segunda B, y el siguiente curso al CD Palencia Balompié, con el que consiguió el tercer ascenso de su carrera. Tras ello, volvió al equipo de su tierra para estar otros tres años.
Después decidió ir a probar suerte a Chipre, en busca de otro fútbol y de conocer la experiencia de sentirse competitivo en otro país. En una entrevista a Blanquivioletas, describió su aventura como intensa, ya que cuando llegó la liga estaba suspendida por amenaza de bomba al árbitro, aunque desde la primera jornada disputó todos los minutos y pudo sentirse importante.
Esta etapa se acabó pronto por una rescisión de contrato, motivada por la pandemia y por problemas económicos de la entidad, y en agosto se fue a seguir acumulando experiencias en Finlandia, donde el pasado fin de semana consiguió su cuarto y, de momento, ultimo ascenso. Subió con el FC KTP Kotka a la primera división finlandesa, además, siendo pieza importante: tras hacer un gol y dar cuatro asistencias, sirvió la quinta para el gol que acabó sellando dicho logro.