El conjunto rojiblanco fue el último que visitó al Real Valladolid con público en las gradas, el pasado ocho de marzo
El ocho de marzo fue el último partido con público en Zorrilla, frente al Athletic Club. Exactamente ocho meses después, de no ser por la pandemia, la afición del Real Valladolid participaría este domingo desde la grada en un plebiscito a su entrenador, ya que el peor arranque de la historia en Primera hace que Sergio González se juegue el puesto en este partido, y si quiere mantenerlo, su equipo deberá hacer las cosas muy bien.
Fueron 21.677 los espectadores que vivieron aquel uno a cuatro en el José Zorrilla, ante un Athletic que goleó a pesar de que venía de conseguir el pase a la final de la Copa del Rey, actualmente en suspenso, como tantas cosas, por culpa de la COVID-19. Ha cambiado tanto la vida en estos ocho meses que hoy en día pensar en un estadio con esa multitud de gente se hace imposible, casi un sueño.
No obstante, no será la primera vez que el Athletic Club visite Zorrilla a puerta cerrada, ya que también jugó recientemente el Trofeo Ciudad Valladolid. Las sensaciones no fueron del todo buenas en un partido disputado en el anterior parón de selecciones, en el que los bilbaínos gozaron de un cero a dos a favor, que fue empatado en el tramo final y perdido en la tanda de penaltis. El mal juego de los blanquivioletas, aliviado en el tramo final del choque por canteranos, ha ido en consonancia con lo visto también –y sobre todo– en este inicio liguero.
Durante toda esta semana, la palabra ‘final’ flota en el ambiente. El Real Valladolid aún no ha ganado ningún partido, y eso hace que la afición no esté para nada contenta con la labor del plantel y del técnico. Cada día existe más división de opiniones en redes sociales y más críticas a la labor del entrenador de los blanquivioletas, hasta el punto de que este pasado martes alguien colocó una pancarta en la grada Sur de Zorrilla pidiendo la destitución del míster.
No obstabte, los mensajes enviados desde el club son todos de unidad. Desde David Espinar –director del gabinete de presidencia– hasta cualquier jugador de la plantilla que haya tomado la palabra estas semanas han cerrado filas sobre Sergio. Sin embargo, la necesidad de la victoria cada vez es mayor. Si no se consigue, la situación será más crítica aún si cabe, y la continuidad de Sergio pasaría a ser tema de un debate que duraría quince días, debido al parón de selecciones, tiempo más que suficiente para pensar detenidamente en qué medidas tomar.