El siguiente duelo del Real Valladolid en LaLiga les llevará a la parte verdiblanca de Sevilla, donde Manuel Pellegrini ha llegado este verano para seguir construyendo un proyecto que no acaba de dar con la tecla correcta a pesar de sus buenos mimbres

Como dice la canción y la campaña que ha utilizado el Real Valladolid en redes sociales los últimos días, Sevilla tiene un color especial. Es allí donde el conjunto blanquivioleta deberá buscar los siguientes puntos de LaLiga 2020/21, en un Benito Villamarín vacío de afición pero lleno de aspiraciones. El Real Betis confía, después de varias intentos infructuosos, en la experiencia de Manuel Pellegrini para conseguir enderezar un proyecto deportivo que se ha apoyado en varios mercados pero que no ha acabado por verse en el campo.
El conjunto verdiblanco ha comenzado la temporada con victoria en su primer duelo, ante el Alavés de Pablo Machín. Esos primeros tres puntos, conseguidos, eso sí, rozando con la yema de los dedos el final del partido, parecen dar cierto optimismo a una entidad que quiere confiar en el entrenador chileno para creer en un proyecto deportivo que, lejos de cumplir con las expectativas que cada mercado se han creado en torno a las nuevas caras que llegaban, han acabado en numerosas ocasiones con la paciencia de la parroquia local. La idea por la que se apuesta es clara: juego vistoso y llegar a luchar por Europa.
Pueden parecer ambiciones altas, pero la jugada viene de largo. El nombre de Manuel Pellegrini es la punta de un iceberg que se ha ido formando desde la llegada en 2017 de Quique Setién al banquillo verdiblanco. Tras el gran nivel mostrado en Las Palmas, el cántabro llegaba al Betis para crear un proyecto casi de cero. la mejora llegó pero no se fueron las dudas. De esa manera, tras dos años, el Betis prescindiría de sus servicios para acoger a Rubi, un técnico que había hecho las delicias con el Espanyol y que podría retomar la idea con cierto éxito. Tras cumplir casi el año en el cargo, fue cesado. Hoy, la esperanza la pone este ingeniero chileno con pinta de hombre calmado. Hoy, el ex, entre otros, de Villarreal, Manchester City, Real Madrid o Málaga toma las riendas de un club que no renuncia a sus aspiraciones y sueños.
Con un dibujo más cercano a lo que se le vio en los equipos en los que entrenó en el pasado, ‘El ingeniero’ quiere conseguir un Betis que trabaje junto, que tenga capacidad para abrir bien el campo y que genere mucho juego por fuera para finalizar por dentro. Las bandas defensivas, con Álex Moreno o Emerson llegando hasta área rival, el juego interior, con Fekir, Canales o Guido Rodríguez generando y el oportunismo y la habilidad de cara a portería de Borja Iglesias o Loren serán los puntos a tener en cuenta de este Betis. Un equipo que parece querer seguir una estela ya marcada, pero atendiendo a implantar algunas mejoras sustanciales.
La primera, en la base de un equipo que trata de comenzar a jugar desde la portería. Para salir con el balón jugado era importante contar con un arquero que domine, no solo la exigencia de estar al 100% todo el partido aunque no tengas que intervenir en muchas ocasiones, sino que además logres saber reaccionar ante la presión con las manos y con los pies. Tras la marcha de Pau López a la Roma, la posición de portero sufrió bastante. Joel Robles no dio el nivel y la llegada de Claudio Bravo ha mejorado de manera evidente la portería del conjunto bético.
En la defensa, pocas caras nuevas pero, de momento, con una novedad interesante: línea de cuatro con casi total seguridad, dando más labores defensivas a Álex Moreno y Emerson, pero permitiendo que los centrales estén más cubiertos y ayudados. Siendo Bartra un fijo y habiendo salido Feddal, parece que el segundo puesto estará entre Mandi y Víctor Ruiz, actualmente lesionado. Precisamente en el peso de los laterales surge otro de los grandes recursos de este Betis de Pellegrini. Esas dos bandas largas permiten que sus extremos (en el primer partido ante el Alavés, Fekir y Joaquín) puedan ir a la diagonal con relativa eficiencia y tranquilidad, quedando el carril para los dos hombres de banda defensivos. Es cierto que los laterales o carrileros ya tenían una función básica en el equipo, pero el rol de Emerson parece haberse asentado como uno de los recursos esenciales para dar amplitud y profundidad al juego del Betis. No obstante, más allá de sus virtudes en defensa, jugar juntos y saltar a la presión desde posiciones más ofensivas son asignaturas esenciales en el entendimiento de la retaguardia del Betis de Pellegrini.
En el mediocampo, la calidad de Sergio Canales sigue liderando una fase de creación que necesita de su inventiva y que parece que tendrá un acompañante casi desaparecido la temporada pasada. Guido Rodríguez, prometedor y talentoso interior argentino llegado el curso anterior, parece que gana peso con Pellegrini, permitiendo que Canales tenga un socio interesante al que unirse en la siempre compleja empresa de llevar el ritmo y el rumbo del equipo. Junto a ellos, el incombustible (y aún en duda) William Carvalho y el lesionado Camarasa parecen ser los nombres más interesantes, a los que se une, veremos en qué rol, un joven Diego Lainez entre la posición de extremo, enganche e interior, que debería comenzar ya su explosión con la camiseta del Betis.
Es en el ataque tiene buenos mimbres Manuel Pellegrini. Nabil Fekir, un superdotado técnico, deberá ser de nuevo el mayor aliciente del entramado ofensivo bético y conseguir acercar el balón a la portería contraria con el esmero esperado desde su llegada. Junto a otros nombres importantes como el de Tello, Joaquín o el recién llegado Ruibal, destaca el de Borja Iglesias. En pugna con Loren Morón, quien logró salvar los muebles del gol la temporada, deberá recuperar su mejor versión para ser útil de verdad a los verdiblancos. Recuperar al ‘Panda’ y combinar con coherencia esos recursos ofensivos será vital para poder armar un equipo que sepa ser competitivo de manera regular sin los altibajos del último curso.
Es esa quizá la mayor ambición de este Betis. Ofrecer un fútbol de calidad apoyándose en el ya conocido gusto de Pellegrini, pero ante todo conseguir ser un equipo que plante cara a cualquier rival, asegurando puntos en casa y consiguiendo ser fiables fuera. Los números exigidos para poder acercarse al grupo alto de LaLiga son exigentes y nada fáciles, por lo que el rendimiento general de una plantilla de la que siempre se ha esperado más deberá ser clave. La vuelta a un dibujo más estable, la mano experimentada de Pellegrini y el liderazgo de hombres como Bravo, Canales o Joaquín deberán ser pilares para que este equipo pueda seguir optando a los retos que vayan poniéndose por delante.