Si bien el Real Valladolid necesita apuntalar varias zonas del campo, la lesión de Kiko Olivas precipita la decisión de sumar una pieza más a la nómina de centrales, que se cubre con la llegada de una pieza con experiencia en LaLiga

Foto: Zimbio
A menudo la solución a los problemas se presenta de manera sorpresiva, facilitando cualquier tipo de decisión, dando argumentos para reflexionar poco y estar rápido en la firma. En el mercado del Real Valladolid, a esa oportunidad la podríamos llamar Bruno González.
El central, que estaba libre tras desvincularse del Levante, llega al club blanquivioleta para sumar en una zona ciertamente debilitada por la marcha de Salisu y por la lesión de Olivas. Bruno González Cabrera, nacido en Las Galletas, Tenerife, llega para ser un elemento más para Sergio González en la composición de la zaga para la 2020/21. Se trata de un central de 30 años, que sobrepasa los 180 centímetros de altura y que ha jugado con solvencia en cualquiera de los perfiles del defensa central (zurdo o diestro).
Se trata de un zaguero bien dotado físicamente, que no se arruga en el choque y que no arriesga demasiado en el pase, siendo quizá ese su mayor defecto a la hora de sumar al colectivo. No obstante, a pesar de ser conservador en cuando a la salida de balón, es un buen argumento en ambas áreas a la hora de aportar altura, con gran capacidad de salto y posicionamiento para ganar sitio en balones aéreos, tanto ofensiva como defensivamente.
Su trayectoria pasa por Tenerife, Teruel, Betis, Getafe y Levante, siendo su pasada campaña en el conjunto granota su última etapa en LaLiga. Sus números, no obstante, no fueron lo esperado, por contar poco para Paco López, que disponía de un centro de la defensa muy asentado y tenía a varios jugadores por delante. Con casi cien partidos en la máxima categoría del fútbol español, Bruno llega para sumar experiencia en la élite en un Real Valladolid que quiere asentarse en la tranquilidad que ya ha vivido en LaLiga este año y a la que se quieren abonar para facilitar la permanencia sin sobresaltos.
Su mejor momento deportivo lo vivió en la temporada 2015/16, en Sevilla, como jugador del Real Betis, con quien ascendió la anterior temporada y con quien estuvo aún una temporada más, llegando a sumar en total 48 partidos jugados, 47 como titular. Tras esa buena etapa en Sevilla, jugó tres temporadas en el Getafe, donde consiguió ser importante en las dos primeras campañas y asentándose en el equipo, para firmar, definitivamente, en enero de 2020 por el Levante.
Si bien es cierto que la firma de Javi Sánchez y el buen momento y confianza de un jugador polivalente como Joaquín pueden tranquilizar de algún modo al cuerpo técnico del Valladolid, la ya tan solicitada mejoría de la plantilla en cuanto a recursos pasaba también por poder disponer de una nómina suficiente en cada una de las posiciones, con una mejora notable en el lateral diestro (a la espera de alguna posible llegada más) y apuntalando ahora una posición necesaria con el futbolista canario.