El central andaluz sufrió una grave lesión de rodilla en la primera parte del SD Eibar – Real Valladolid que le tendrá entre siete y ocho meses alejado de los terrenos de juego
El Real Valladolid ha confirmado este mediodía el peor de los presagios de la lesión de Kiko Olivas. El central andaluz, que se lesionó en Ipurúa tras golpearse con un bordillo en una caída, después de pugnar por el balón con el vallisoletano Quique González, estará entre siete y ocho meses de baja, como han arrojado las pruebas diagnósticas, lo que provocará que se pierda una parte importante de la próxima temporada.
El defensor blanquivioleta se retiró con molestias y «malas sensaciones», como reconoció su técnico en la posterior rueda de prensa. Dichos test han arrojado que sufre una rotura en el ligamento cruzado anterior, lesión en el cuerpo menisco externo, esguince de Grado I en el ligamento colateral lateral y un edema óseo en el cóndilo femoral externo, por lo que su dolencia se convierte en un contratiempo serio de cara al próximo curso, después de que fuera fundamental en el presente, en el que disputó 2.914 minutos repartidos en 35 partidos.