El Real Valladolid mereció la victoria ante el Sevilla FC, pero un discutido penalti transformado por Ocampos le privó de ella

Foto: LaLiga
Se quedó el Real Valladolid con la miel en los labios en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Hizo un partido muy serio y mereció la victoria ante el cuadro de Nervión, pero Ocampos, en el tramo final y con cierta polémica, empató la contienda.
La principal novedad en el once de Sergio González fue la presencia de Hatem Ben Arfa. Tras varios días siendo de los más demandados por la afición, el técnico le dio al franco-tunecino la oportunidad de ser de la partida. Junto a él, en la dupla de ataque, Miguel, que fue un auténtico dolor de cabeza para los defensores sevillistas.
Empezó mejor el conjunto de Julen Lopetegui, con especial protagonismo, al igual que sucedió en la primera vuelta, para Ocampos.
Sus continuas incursiones fueron un problema para la zaga blanquivioleta. El argentino cerca estuvo de abrir la lata a los quince minutos con un disparo cruzado que se marchó rozando el segundo palo.
Pero si algo ha demostrado el Pucela desde que volvió el fútbol es que tiene la capacidad suficiente para analizar sus errores y corregirlos, como ya demostró ante el Atlético de Madrid. Poco a poco, la balanza se fue inclinando hacia el lado visitante. El premio no tardó en llegar.
Y lo hizo desde el balón parado, una de las históricas asignaturas pendientes para el Real Valladolid. En un libre directo, Míchel puso un excelente balón para que Kiko Olivas, tras ganarle la espalda a Fernando, cabeceara, superara a Vaclík e inaugurará el luminoso en el Sánchez-Pizjuán.
La noche pudo dejar de ser tan plácida en el arranque de la segunda mitad. En una segunda jugada, Navas puso un centro desde la derecha que Munir remató a placer. Y ahí apareció la dosis de suspense que no abandona a los blanquivioletas. Tras la revisión en el VAR, el colegiado anuló el que hubiera sido el tanto del empate por fuera de juego del delantero. Ante el paso adelante dado por el Sevilla, Sergio movió el banquillo y metió a Nacho para reforzar el lateral.
A falta de diez minutos para el final, Ocampos empató de penalti después de que Suso pusiera un centro que impactó en la mano de Javi Sánchez en una acción muy discutida. No hubo ninguna toma en la que se apreciara si el zaguero cometió o no una infracción, pero lo cierto es que el argentino no falló desde los once metros.
No se achicó el Real Valladolid, y cerca estuvo Alcaraz de recuperar los tres puntos. En una magnífica internada por el costado izquierdo, y tras ganarle la carrera a Diego Carlos, remató ante Vaclík, que sacó una providencial mano para mantener el cerrojo. Fue el final de lo que pudo ser y nunca llegó, tras un partido notable en el que los de Sergio González mostraron una buena imagen. ¿Lo mejor? Ya queda un punto menos para sellar la salvación.