El Real Valladolid volvió a la competición en Butarque, estadio que ‘visitó’ en dos ocasiones durante el confinamiento. A la tercera se llevó la victoria en el primer contacto con el ‘nuevo’ fútbol

El balón volvió a rodar para el Real Valladolid después de tres meses de parón debido a la pandemia de coronavirus. Lo hizo en Butarque, ante el Leganés, en un partido que se jugó tres veces. Sí, no leen ustedes mal: el choque ante los pepineros se disputó hasta en tres ocasiones.
La explicación está en el confinamiento y en las distintas iniciativas que surgieron para paliar la falta de fútbol. La primera de ella fue del propio conjunto pepinero que, en su cuenta de Twitter, fue narrando en directo el devenir del encuentro que debía haberse disputado aquel 14 de marzo. En aquella primera cita virtual, el Pucela cayó por dos goles a uno.
Los blanquivioletas tuvieron la oportunidad de revancha seis días más tarde. Con motivo del torneo de FIFA organizado por Ibai Llanos, ambos conjuntos volvieron a verse las caras. Con todo, fue el Lega, dirigido por Aitor Ruibal, el que volvió a llevarse el gato al agua frente a un Real Valladolid comandado por Pedro Porro, que cayó por 3-5.
Y a la tercera fue la vencida. En el partido realmente importante, el que sí se jugó sobre el césped, y que supuso la vuelta a la competición para ambos equipos. El Real Valladolid no desaprovechó la oportunidad y, aunque con sufrimiento final, se llevó tres puntos de oro para la permanencia, gracias a los goles de Ünal –regalo de Cuéllar y Awaziem mediante– y de Alcaraz.
Fue el primer contacto con el ‘nuevo’ fútbol. No hubo público en las gradas, pero el cuadro madrileño quiso recordar a los abonados fallecidos en los últimos meses con una camiseta con su nombre en sus asientos y un ramo de flores que el entregará a sus familiares. En sus asientos, los suplentes de cada equipo, manteniendo la distancia, fueron los encargados de arengar y corregir a sus compañeros.
Tampoco desde la televisión fue lo mismo. Pasando por las distintas opciones, en las que según las preferencias de cada uno podía verse gente o no en las gradas, o las opciones de audio. Para gustos, colores: hay alternativas para los que prefieren escuchar los gritos e instrucciones y para a los que, por el contrario, les gusta más escuchar los ánimos de la afición.
Lo que no cambió fue el silencio del minuto previo al inicio del choque, en recuerdo de todas las personas que han perdido la vida por culpa de la COVID-19. Ese que nos ha tenido tanto tiempo parados y que nos ha dejado paradojas como la de que un partido ‘se juegue’ tres veces. Y aunque todavía falte tiempo para que podamos volver a las gradas, ver cómo la pelotita vuelve a rodar es motivo de alegría. Y más si el Pucela vuelve a sumar de tres.