Aunque su paso por el Real Valladolid fue fugaz, el delantero, que triunfa ahora en Portugal, dejó un gol para el recuerdo que alimentó las aspiraciones blanquivioletas
El 28 de abril de 2018, tras 58 minutos de juego en el José Zorrilla, el dorsal 14 del Real Valladolid consiguió remachar a gol una buena jugada entre Toni Villa y Nacho por la banda zurda.
Era el primer tanto de un futbolista que corría, justo tras marcar, hacia la banda a celebrar con los compañeros. Toni Martínez dejaba así su marca en el cuadro blanquivioleta, un primer paso para una carrera que en los últimos meses se ha desbocado.
Su rabia y su alegría la trastocó el Cádiz al borde del final del partido con el empate de Servando. Ese gol, esa igualad, empezó a gestar las buenas sensaciones que se habían vivido en la victoria previa ante el Real Oviedo y que ratificaron las tres sucesivas ante Numancia, Albacete y Lorca.
El delantero, cedido por el West Ham en esa temporada 2017/18, fue parte esencial de lo que significó esa temporada del ascenso en la ciudad. Ahora, con el Pucela en LaLiga, la vida de Toni Martínez también ha dado un gran vuelco.
En las filas de Famalicão portugués vive un año mágico. En su regreso a la élite lusa, su equipo está siendo desde el inicio de la Liga NOS la grata sorpresa, llegando a ser líder durante varias jornadas al inicio del campeonato. Ahora, séptimo, busca dar la campanada con una plantilla confeccionada casi de cero, con numerosas altas y bajas en el mercado de verano y en el que no ha caído mal el fútbol del jugador murciano.
Siendo el ‘9’ referencia del equipo de João Pedro Sousa, no se entiende la hazaña de este equipo sin los goles de Toni Martínez, que además de capitán, es el máximo anotador de la plantilla, con ocho tantos. Todo ello, tras un viaje distinto al protagonizado en Valladolid y que supuso, en años siguientes, que lo intentara en clubes como Lugo o Rayo Majadahonda sin apenas suerte. Su juego y su facilidad anotadora sí se están viendo en Portugal, en el equipo revelación, dejándole disfrutar de una temporada de ensueño que, antes del parón a causa de la COVID-19, parecía poder convertirse en histórica para la entidad y para el propio futbolista.
Nacido en Murcia y formado en las categorías inferiores del Valencia, la Premier League llamó pronto a las puertas del delantero, que tras varias temporadas destacando en el equipo reserva del conjunto londinense, puso de nuevo rumbo a España para tratar de hacerse un hueco en el fútbol profesional.
Sería en el Real Valladolid su primera incursión seria en el fútbol español y lo hizo dejando un grato recuerdo con el gol que comenzó a dejar claro que este nuevo Pucela de Sergio González quería conseguir poder pelear por el ascenso en una temporada que, en sus inicios, parecía alejarse mucho del objetivo fijado en esa jornada. El ascenso, incluso por promoción, parecía un imposible, pero se consiguió con perseverancia, trabajo duro y goles, como los que marcó Jaime Mata, pichichi de LaLiga 123, pero también ese de Toni Martínez, solitario, que dio un empate, pero que nadie olvidará jamás.