El delantero, pieza importante en el Getafe de Bordalás este año, fue uno de los ídolos del ascenso del Real Valladolid

Jaime Mata, un ídolo reciente del Real Valladolid, brilla en Getafe después de ser uno de los líderes del último ascenso. Llegó al equipo azulón tras firmar una excelente campaña en Segunda División: buen juego, goles y el mencionado ascenso le avalaban.
En su segundo curso como jugador azulón, el madrileño había logrado ganarse la confianza de Bordalás y estaba siendo una pieza clave en sus alineaciones.
De las veintisiete jornadas disputadas, ha estado ausente en tan solo tres y ha marcado once goles –ocho en liga y tres en Europa League–, que son cinco menos de los que consiguió la campaña pasada. Además, es el segundo máximo anotador por detrás de Ángel, que lleva quince dianas.
Con todo, el buen momento y el acierto de cara a puerta que estaba mostrando no son casualidad. La pasada temporada firmó dieciséis tantos con la elástica del Getafe, catorce en liga y dos en Copa del Rey.
Este no solo fue el año de su debut en Primera División, sino que también se estrenó con la Selección Española. El 19 de marzo de 2019 fue convocado por el seleccionador, Luis Enrique, de cara a los partidos de clasificación para la Europa 2020. Mata debutó de manera oficial con ‘La Roja’ en el partido ante Noruega en Valencia.
Pero, sin duda, su momento más destacado fue el ascenso con el Pucela y la gran temporada que lo precedió. Fue el líder evidente del conjunto blanquivioleta en la 2017/18, en la que logró marcar 35 goles, de los cuales dos fueron en la fase de ascenso. Estos registros le permitieron proclamarse pichichi de Segunda y ser una pieza decisiva para que los blanquivioletas regresaran a la categoría de oro.
En junio de 2018, el delantero anotó uno de sus goles más importantes, el que le marcó al CD Numancia, y con el que certificó el ascenso. Se convirtió en un ídolo indiscutible para la afición, que le pidió su permanencia en el equipo con gritos de «Mata quédate» en el estadio y en la celebración, en la que hubo hasta lágrimas.
Antes de llegar a ser uno de los más queridos por la afición y de realizar un año redondo, Jaime Mata tuvo que dejar atrás una campaña no tan brillante, la 2016/17. Fue su primer curso en Valladolid y no fue nada fácil. Apenas consiguió marcar seis goles, no logró asentarse en el once titular de Paco Herrera, y además, no solía jugar en su posición natural, sino que lo hacía mucho más en banda.
Después de un año duro vinieron otros mejores que permitieron encumbrarlo a la élite del fútbol español tras mucho trabajo y esfuerzo. A día de hoy, Mata brilla en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe, tal y como lo hizo anteriormente en el José Zorrilla.