El mediocentro, importante en los planes del Sevilla de Lopetegui este curso, fue una de las piezas claves del Real Valladolid de Paco Herrera
La 2019/20 estaba siendo la temporada de la consolidación en la élite para Joan Jordán. Recién llegado al Sevilla FC, arrancó el curso proclamándose una de las revelaciones de Julen Lopetegui, que le convirtió en un fijo en sus planes. Las dudas y el bache por el que pasó el equipo acabaron por afectarle, pero el mediocentro se supo sobreponer y estaba volviendo a mostrar los mismos destellos de calidad que dejó tras su paso por el Real Valladolid.
El gerundense solo pasó un curso en tierras pucelanas, tiempo suficiente para demostrar algunas de las prestaciones que ahora está desplegando en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Aterrizó en el José Zorrilla en la 2016/17, cedido por el Espanyol para una campaña prorrogable en caso de que los blanquivioletas consiguieran un ascenso que no llegó.
Su presencia pronto comenzó a antojarse importante en los esquemas de Paco Herrera, bajo cuyas órdenes disputó 2.970 minutos, una cifra nada desdeñable para un jugador que apenas había contado en la disciplina perica. Así, Jordán se proclamó como la pieza sobre la que el pacense construía su rombo en el centro del campo, en el que el catalán aportaba la estabilidad y el ritmo necesarios para llegar a buen puerto.
Durante su andadura con la elástica blanquivioleta, mostró una polivalencia de la que continúa haciendo gala. Comenzó más volcado en las acciones ofensivas, faceta en la que su labor era la de generar peligro, robar y filtrar balones a los hombres de ataque. Hacia el final de temporada, se le vio más como el líder en la sombra, actuando en el doble pivote junto a André Leão y dando un mayor apoyo a la línea defensiva.
Desde Valladolid puso rumbo a Eibar, donde estuvo dos temporadas en Primera División bajo la disciplina del también exblanquivioleta Mendilibar, en un movimiento sorprendente, toda vez que se marchó traspasado al conjunto armero. Al igual que lo había sido a orillas del Pisuerga, Jordán siguió siendo importante mientras crecía y evolucionaba. De este modo, después de firmar dos buenas campañas, en las que incluso mejoró sus registros goleadores, recaló el pasado verano en el Sevilla.
No lo dudó Monchi a la hora de incorporarle a sus planes, previo pago de una cifra de catorce millones de euros. Fue una apuesta arriesgada, más aún sabiendo de la exigencia de la parroquia de Nervión, pero que hasta la fecha ya ha sido más que amortizada. Joan Jordán fue una de las revelaciones de inicio de curso y, una vez superado el bajón, seguía brillando como el diamante, ahora ya más pulido, que llegó a Zorrilla.