Los chicos de Sergio González volvieron a conseguir tres puntos clave tras nueve jornadas sin ganar, en un momento vital de la temporada y ante un rival directo como el RCD Mallorca
Esa línea de fondo enemiga, que odias cuando a tu jugador se le escapa el control, y piensas: “ojalá hubiese estado pintada unos centímetros más atrás”. Esta vez fue amiga y dio al Real Valladolid una segunda oportunidad. Porque todo pudo haber cambiado cuando el Pucela dominaba a un RCD Mallorca desconocido en su casa, pero eran los locales los que conseguían marcar en su primera aproximación.
Aunque el gol de Dani Rodríguez en el minuto 28 no subió al luminoso, dio aire a los de Vicente Moreno en el juego. Sergio González volvió a sus orígenes, utilizando a los futbolistas en los que se apoyó para conseguir la salvación el año pasado, exceptuando Salisu y Raúl Carnero.
Fue un once muy reconocible que funcionó en buena parte del encuentro, sobre todo en los minutos iniciales, en los que asustó, y mucho, a Manolo Reina.
Tres meses llevaba el Pucela sin ganar, precisamente ante el Mallorca por 3-0, en un encuentro en el que hizo gala de una pegada desconocida a lo largo de toda la Liga Santander. Desde entonces, un desierto de resultados que había ido creciendo jornada a jornada. Quizá en otro club todo hubiera saltado por los aires. En otra época también aquí. Ahora eso se escucha en la radio o se ve escrito en la prensa de otros equipos.
De nuevo, ante los bermellones se vio la mejor versión ofensiva de los blanquivioletas. Sergi Guardiola y Enes Ünal, por dos ocasiones, pudieron adelantar a los vallisoletanos, pero no pudo ser en la primera mitad.
Tres puntos cocinados por dos viejos conocidos
Tras el descanso, todo se equilibró sin haber un dominador claro. Hasta que Guardiola cabalgó, prácticamente solo ante el peligro, y ganó en velocidad a su par, pegado a la banda derecha. Su primer centro no tuvo éxito, pero este era el partido de las segundas oportunidades, y el balón volvió a sus botas. En esa segunda opción no falló y su envio fue directo a la cabeza de Ünal, que solo tuvo que acompañar el centro para conseguir el 0-1. Otra vez el turco en los momentos decisivos. Otra vez el de Manacor siendo diferencial.
El tanto reafirmó el plan marcado por el Real Valladolid en el terreno de juego, que tuvo su oportunidad de doblar la diferencia. Los de Vicente Moreno, obligados por el resultado y su situación en la tabla, adelantaron líneas y se expusieron. Hervías saltó al campo previsiblemente esperando a que los espacios comenzasen a aparecer.
Los locales empujaron y la moneda estaba en el aire, pero esta vez tocó cara. Esa que volvieron a dar los blanquivioletas en el momento más difícil y contra un rival directo. Ni la clara oportunidad de Take Kubo –lo que pudo ser y no fue–, que pasó rozando el palo de Masip. El Pucela volvió a mantenerse en pie, una vez más, en el momento más oportuno.