Iker Pérez, juvenil de segundo año, debutó el pasado fin de semana con el Real Valladolid Promesas en Segunda B

Las lesiones que asolan al Real Valladolid Promesas y la expulsión de Apa en el empate a uno frente al Calahorra permitieron ver el segundo estreno en la categoría de un jugador militante en División de Honor. Iker Pérez, juvenil de segundo año, debutó en la Segunda B y lo hizo con una buena actuación, que le confirma como una de las noticias agradables en lo que va de curso en la cantera.
Como Castri, primer juvenil al que que hizo debutar Javi Baraja, es de sobra conocido para el técnico; no en vano, es la tercera temporada seguida que juega a sus órdenes. La primera de ellas, en el Cadete Regional, coincidió con los comienzos del entrenador como primer espada. El título de campeones que alzaron, con un gran juego, permitió que ambos dieran el salto a División de Honor, en el caso de Iker, a pesar de su juventud y con un cambio de posición: pasó de jugar de extremo a hacerlo de lateral derecho.
Terminó viviendo un curso bonito, en el que el equipo acabó tercero muchos años después, si bien notó ese cambio en más de una ocasión, como en Valdebebas, donde Moha, internacional por España, dio cuenta de su falta de hechuras.
No preocupó, se entendió como lo que era: parte del proceso. Se trataba, al fin y al cabo, de una apuesta de la dirección deportiva que se confirmó esta pretemporada, con su presencia habitual en citas del Promesas. Supuso un punto de inflexión, viendo su rendimiento, puesto que ha arrancado la temporada a un nivel muy alto, en el que ha mostrado una evolución en el plano defensivo.
Las artes a mejorar las suple por el momento con un gran despliegue físico, aunque sean en ocasiones todavía un peaje a pagar. Y en ataque es el rayo que ni cesa ni se agota; se proyecta continuamente, da profundidad por su costado y tiene presencia y relevancia, puesto que ya ha marcado dos goles y es un asistente certero. Uno que fue de menos a más en su estreno en la categoría de bronce hasta acabar brillando.
La generación del 2002
Iker ha sido el segundo futbolista nacido en 2002 que ha jugado esta temporada en el Real Valladolid Promesas, después de Castri. Las bajas que ha tenido el filial en diferentes momentos han provocado que varios futbolistas más hayan entrado en lista en alguna ocasión caso del guardameta Miguel García o Álex Casado, otro puñal, en su caso, en el lateral izquierdo. Junto con Adrián Carrión o el recién llegado Slavy componen un bloque joven incluso en División de Honor, reforzado por Maroto, de primer año, en el que hay muchas esperanzas puestas dentro del club.