El Atlético Tordesillas será el principal beneficiario de los varios préstamos que pretende hacer un Real Valladolid del que incluso podría salir Mario Robles
La dirección deportiva del Real Valladolid no es ajena a las evolución que experimentó el núcleo de jugadores que llevaron al División de Honor a ser tercero la temporada pasada tras ocho años sin alcanzar tan altas cotas. Javier Baraja, principal artífice de ello, fue recompensado con el banquillo del Promesas, y a sus órdenes han comenzado la pretemporada varios de esos futbolistas, aunque no todos van a caber, habida cuenta de que todavía faltan fichajes por llegar y por incorporarse piezas decisivas que están con el primer equipo.
El overbooking existente se plasmó en la primera sesión de entrenamiento, en la cual hubo 24 jugadores a pesar de varias ausencias de jugadores que sí aparecen en el plantel del filial en la página web del club. En ella la cifra sube a 33 futbolistas sin contar a Saeed y Baba, quienes continuarán estando controlados por el Real Valladolid, aunque dos, Maxi y Castri, son juveniles.
Acuerdo con el Tordesillas
Una de las fórmulas que servirán para aligerar plantilla y a la vez tener en el radar a varios futbolistas que deben seguir creciendo antes de competir con garantías en la Segunda División B es la ampliación del convenio con el Atlético Tordesillas, oficializada por parte de ambas entidades y avanzada por este portal hace semanas.
En virtud de este acuerdo, el conjunto rojiblanco será el principal beneficiario de las cesiones que firmará el Real Valladolid de futbolistas que considera potenciales pero que, sin embargo, no tendrían garantizada una continuidad o una suma alta de minutos en el filial. Así, aunque está pendiente de confirmarse el número exacto y la identidad de algunos de esos chicos, serán al menos media docena los que vistan de rojiblanco en este curso venidero, sin descartarse la posibilidad de que supere esta cifra.
No en vano, no hay que descartar que sea necesario buscar una salida para más futbolistas según avance el verano, puesto que si bien alguno de esos juveniles puede hacerse con un hueco, es posible que se produzcan más fichajes, que llevarían a buscar nuevas soluciones en algunos casos.
De ello y de su rendimiento en estas primeras semanas dependerá el futuro de algunos de los más jóvenes, pero no se puede descartar que el escenario varíe y el número de cedidos vaya incrementándose hasta alcanzar dobles dígitos, puesto que no parece que de la actual plantilla del Promesas llegue a tener la plaza asegurada más que alrededor de la veintena de hombres.
No solo Tercera
La idea que confirma el acuerdo con el Atlético Tordesillas es que hay una serie de jugadores que se consideran potenciales, pero que necesitan foguearse en un paso intermedio antes de poder dar el salto definitivo a la Segunda B con todas las garantías. No será, sin embargo, el único escenario que se dé; no hay que descartar alguna eventual rescisión de contrato como la que se espera que firme Javi Hernández, cedido la campaña pasada en el Atlético Astorga y quien fichará por Unionistas.
Asimismo, puede haber alguna que otra salida pactada en dirección a conjuntos de superior categoría. Así, uno de los que están buscando acomodo, aunque en su caso, para elevar el nivel de competitividad, es Mario Robles, el capitán del Promesas, y que después de 134 partidos en el filial pretende dar un paso más en su carrera, siempre con la connivencia de la dirección deportiva, que está al tanto y que comparte el deseo de buscar un equipo que colme unas aspiraciones mayores.
La fórmula que se busca es también de una cesión, a poder ser, a un equipo de Segunda División, aunque tampoco se descarta que se repita la fórmula que se llevó a cabo años atrás con Toni Villa y recale en un Segunda B que luche por cotas mayores. Tampoco que se quede, aunque se entiende que la posición está bien cubierta y el riesgo es menor que el que habría en otros supuestos.
En la categoría de bronce buscan también acomodo otros jugadores como Sergio Nieto, quien podría salir a préstamo, como lo hizo en los últimos seis meses del pasado curso, en los que jugó en el Real Ávila, sin descartar a otros que puedan no convencer a Baraja o con los cuales pueda haber otros planes por parte de una dirección deportiva que, lejos de tener miedo a una superpoblación, trabaja en estas fórmulas para mantener el capital y pensando en el futuro de la entidad.