El entrenador del Real Valladolid B lamenta el mar de circunstancias adversas que rodean a su equipo, condicionado otra vez por ellas contra la Ponferradina

A perro flaco todo son pulgas, pensará Miguel Rivera después de los problemas que volvió a sufrir este sábado el Real Valladolid Promesas contra la SD Ponferradina. El conjunto berciano aprovechó «el desequilibrio y el desajuste defensivo» provocado por la atención a Jaime, que abandonó el campo en ambulancia, para adelantarse y poner la primera piedra de su primera victoria fuera de casa en cuatro meses.
«Afrontábamos el partido con unos cuantos problemas y se añadió este. El cero a uno fue como quitarle la espoleta a una bomba de relojería. Hay una gran diferencia con respecto a la Ponferradina si tenemos en cuenta cómo afrontábamos el partido. En el momento en el que han marcado han podido golear; hay que ser justos«, lamentaba el andaluz tras el tropiezo.
Parecía dolerle que no hubiera «sido suficiente» lo que durante una hora, aproximadamente, hizo su plantel. Normal, pues la falta de «contundencia» en las áreas se llevó por delante al filial. «Hay que tener calidad para definir y para defender. Estamos afrontando este tramo final con muchos problemas, porque hay que mirar arriba, y cuando pierdes a tantos compañeros, contra estos equipos tan fuertes, es bastante complejo», incidía el entrenador.
Rivera habló nuevamente en varias ocasiones de condicionantes que indudablemente están mermando sus filas, y en torno a ellos giró su rueda de prensa. «A Sali también lo hemos tenido que cambiar porque tenía problemas desde hacía rato; dos cambios han sido casi obligados», reconoció, antes de reconocer que quizá les había faltado «ser capaces de leer que un resultado positivo era muy muy importante» y esa contundencia definitiva para evitar un gol como el tercero, en un rebote y después de un golazo como el de Zalazar.
No obstante, no existen tanto los nervios como las ganas de «solucionarlo cuanto antes», ya que quizá la distancia con los puestos de abajo se pueda mantener una semana más. Ahora bien, hay que volver a sumar. «Yo sabía que los tres puntos contra el Celta B eran de platino. Espero que no nos equivoquemos, que lleguemos y que sumemos esos tres o cuatro puntillos. Nos están faltando algunas piezas por las circunstancias; hasta esa lesión el planteamiento iba bien. Mientras atendían a Jaime, ellos han aprovechado. Esta semana que viene hay que intentar recuperar compañeros», emplazaba de forma manida.
Una de las notas positivas del partido fue el debut de Óscar, delantero juvenil máximo goleador del División de Honor, con el filial. «Ha hecho un trabajo muy bueno en esos minutos. Hay que agradecer a Javi Baraja que facilite mucho el tránsito; me gustaría que las circunstancias fueran otras. Hay futbolistas que tienen las puertas abiertas si quieren; algunos parece que prefieren otras cuestiones. Ese es el mensaje que les envío a algunos que saben que tenían que estar hoy y han preferido otras cuestiones», finalizaba, como dardo, Miguel Rivera.