El Real Valladolid encajó por segunda vez en lo que va de temporada en los primeros treinta segundos y erró por cuarta ocasión una pena máxima

El Real Valladolid encajó en el RCDE Stadium el gol más tempranero de La Liga. Otra vez. Sí, por segunda ocasión en lo que va de temporada. El conjunto de Sergio González se ha abonado a los goles exprés, puesto que si ante el Rayo Vallecano encajó a los veintinueve segundos, rizando el rizo, contra el Espanyol lo hizo a los diecisiete, convirtiéndose así en el receptor de los dos tantos más madrugadores del curso en Primera División.
Si bien el conjunto de Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ pergeñó bien la acción del gol, con un buen pase entre líneas y con una buena definición de Borja Iglesias salvando la salida de Jordi Masip por encima con una vaselina, la inacción en la defensa se asemejó a la pérdida de Míchel cuando el Rayo Vallecano robó el esférico y salió jugándola hasta que Álvaro Medrán embocó.
Ninguno de estos dos goles, no obstante, han conseguido acercarse a los dos más rápidos de la historia de La Liga, en los que el Pucela también estuvo involucrado.
El récord lo sigue ostentando Joseba Llorente, a los siete segundos, precisamente contra el Espanyol, en aquel encuentro en el que salió corriendo como alma que lleva el diablo esperando el pase de Víctor Fernández. Le sigue uno de Darío Silva allá por el año 2000 a los ocho segundos, en ese caso en La Rosaleda.
Los penaltis siguen siendo penas máximas
Que los problemas de gol del Real Valladolid vienen dándose desde el principio de temporada es de sobra sabido; de ahí que en el mercado invernal llegasen Stiven Plaza y –sobre todo– Sergi Guardiola. Tal es la problemática que hasta los penaltis se resisten casi por norma; si disponer de uno a favor es una buena noticia, en el Pucela casi hay que lamentarlo.
Y es que en lo que va de temporada se han fallado cuatros, convirtiéndose en una pena máxima, aunque no para el rival, sentido que se le da salvo cuando es un blanquivioleta el que dispara. Así, a los errores previos de Duje Cop, Míchel y Alcaraz se le sumo en Barcelona el propio Sergi Guardiola, que marró el penal que él mismo había forzado.