Los tantos de Mandi y Joaquín doblegan a un Pucela que lleva un mes sin anotar y se queda a solo tres puntos del descenso

Suenan las alarmas en el Real Valladolid. Los blanquivioletas, incapaces de aprovechar los tropiezos de los rivales, cayeron 0-2 ante un Real Betis al que le hizo falta muy poco para sumar los tres puntos. Con todo, poco se le pude reprochar al Pucela, que una vez más lo intentó por todas las vías, pero que ya lleva un mes sin ver puerta.
Sergio González aparcó el sistema de tres centrales y regresó al habitual 4-4-2, motivado en buena parte por el regreso de Hervías, Alcaraz y Óscar Plano, siendo Anuar, Joaquín y Ünal los sacrificados con respecto al once del Camp Nou. Por su parte, los de Quique Setién saltaron al césped sin hombres importantes como Bartra, Guardado y Joaquín.
El partido comenzó falto de ritmo, pese a que el Pucela salió muy volcado en la presión a la salida de balón de los verdiblancos. Así, la ocasión más peligrosa en veinte minutos fue un disparo de Míchel desde la frontal que se marchó, bastante desviado, por línea de fondo.
Los blanquivioletas, a chispazos, conseguían pisar el área rival amparándose en combinaciones en las bandas que obligaron a la zaga bética a conceder varios córners seguidos antes de reponerse y dar el zarpazo.
Lainez avisó con un disparo ajustado al palo izquierdo, obligando a Masip a intervenir para evitar un gol que llegó en la última acción antes del descanso. En una jugada de estrategia, Canales la puso al corazón del área, donde Feddal le ganó la partida al guardameta y, de cabeza, la prolongó para que Mandi, con una espectacular chilena, la pasara por encima de Calero y la colara al fondo de la red.
En busca de la reacción, Sergio dio entrada a Daniele Verde por Hervías. El italiano dispuso de la primera unos segundos después en un libre directo. Con su característico golpeo, el balón fue cayendo hasta marcharse apenas unos centímetros por encima del larguero.
La entrada del ’11’ revolucionó al Real Valladolid, dotándole de electricidad, hasta ese momento inexistente, en ataque. En un saque de esquina, la puso en el costado izquierdo, donde Guardiola cabeceó pese al férreo marcaje, probando los reflejos de un Pau López que metió la manopla en la misma línea de gol.
Los blanquivioletas olían la sangre, y Setién movió ficha con la entrada de Sidnei, buscando atar tres puntos de oro para los intereses verdiblancos. Pero aún quedó tiempo para que el jarro de agua fuera todavía más frío. En un saque de puerta, Canales recibió de espalda, cuerpeó ante Calero, entró por la derecha y la puso al segundo palo, donde Joaquín, con un remate bastante deficiente, terminó de meter el dedo en la llaga.
Dolora derrota, por tanto, para un Real Valladolid que se queda a tres puntos del descenso y se mete en problemas. El que más urge solucionar, la sequía goleadora, que ya se extiende durante un mes y que provoca que el Pucela solo haya sumado cuatro de las últimas quince unidades en juego.