Los de Sergio González caen estrepitosamente (4-0) en El Alcoraz en un choque que se decantó del lado oscense tras la reanudación, con dos goles en cinco minutos

El Real Valladolid desaprovechó una oportunidad de oro para dejar atrás a un rival directo, la SD Huesca, que le impuso un severo castigo en forma de goleada. Los blanquivioletas, que entraron muy enchufados, fueron de más a menos y terminaron de desaparecer tras el descanso, cuando Pulido y Moi Gómez marcaron en cinco minutos.
Finalmente, Sergio González apostó por Borja para suplir la ausencia del sancionado Míchel en el once inicial, planteando sobre el césped del coliseo oscense el ya habitual 4-4-2, con Sergi Guardiola nuevamente en la punta de ataque junto a Óscar Plano.
El guión esperado de un fútbol de ida y vuelta se cumplió desde que el colegiado decretó el inicio. Alcaraz tuvo la primera del encuentro cuando apenas se habían disputado dos minutos, con un soberbio cabezazo a un centro de Antoñito desde la derecha que obligó a Santamaría a meter la manopla.
Como si de un experimento acción-reacción se tratara, los de Francisco no tardaron en responder. El recién incorporado Enric Gallego se alzó para cabecear un centro del Cucho Hernández desde la derecha, poniendo a prueba los reflejos de Masip.
En ese intercambio de golpes, el Huesca fue el primero en asestar una estocada a su rival. Pulido despejó acrobáticamente un balón que terminó en las botas de Enric Gallego después de que el Cucho Hernández le ganara la partida a Kiko Olivas. Solo ante Masip, el delantero definió para celebrar su primer gol ante su nueva hinchada.
Los oscenses, con un buen entramado defensivo, lograron desactivar a Toni, Plano y Guardiola, que apenas tuvieron oportunidad de hacerse con el esférico y crear peligro. Solo Exteita, que casi anota en propia puerta tras un mal despeje de Santamaría, estuvo cerca de igualar la contienda para un Pucela que, pese a adelantar la línea de presión, siguió sin inquietar.
Dos goles en cinco minutos noquearon al Pucela
Tras el paso por vestuarios, la esperanza le duró siete minutos al Real Valladolid. Ese fue el tiempo que tardó el Huesca en poner el 3-0 en el marcador y dejar el choque visto para sentencia con toda la segunda mitad por delante.
El primer aviso llegó de las votas de Yangel Herrera, que remató un balón que se había quedado muerto tras un despeje de la zaga blanquivioleta. Un minuto más tarde, a la salida de un córner, Pulido se anticipó Kiko Olivas y envió el esférico al segundo palo, inalcanzable para Masip
Los oscenses olieron la sangre y asestaron el golpe definitivo para que el Pucela cayera a la lona. Cucho Hernández aprovechó la pasividad de cuatro blanquivioletas para colarse en el área pequeña y dejársela en bandeja a Moi Gómez, que fue el encargado de asestar el KO.
Totalmente desorientados, los de Sergio González intentaron recortar distancias con un gol de Plano que el VAR anuló por posición antirreglamentaria del madrileño a la hora de ejecutar el remate. Solo Guardiola, con un disparo muy desviado, intentó marcar el tanto del honor.
Antes, Chimy Ávila, que llevaba tan solo unos instantes en el terreno de juego, anotó el definitivo 4-0 al arrancar entre los dos centrales y recibir un pase filtrado de Javi Galán. Escorado a la izquierda, el argentino amagó antes de superar a Jordi Masip en una jugada que, tras revisión, el videoarbitraje dio por válida.
Así las cosas, el Real Valladolid regresa de El Alcoraz con una contundente goleada y con la dolorosa sensación de haber desaprovechado una oportunidad de oro para vencer a un rival directo y poner más distancia con la parte baja de la tabla.