Un gol de falta directa del ariete tumba a la Cultural en un partido agónico en el que el Parquesol sacó el máximo provecho a su estilo

Foto: Juan Díez
El clan de Manu Olivas venía de ganar en un encuentro más épico que fiable ante la Segoviana. Había encajado al menos un gol en todos los choques disputados de la temporada hasta el momento. Su rival, la Cultural, llegaba después de siete victorias seguidas y para colmo siempre había ganado a los naranjas desde su regreso a Liga Nacional. Qué sería de nosotros sin las estadísticas, esas que siempre ayudan a entender los partidos, pero no a jugarlos: El Parquesol ganó uno cero a los leoneses en el Saso.
Y lo hizo de una forma tan eficaz como casera, mostrando a las claras que triunfa el que muere con su idea. Porque, en vista de lo que venían ofreciendo ambos conjuntos, nadie se puede sorprender del partido que se vio: intenso, cerrado, con el balón por los aires y con la intriga de pensar quién iba a protagonizar el siguiente ‘patapúm pa arriba’.
Pero no era el día de exquisiteces ni de florituras. Solo valía ganar, más aún en el caso del Parquesol que si perdía se quedaba a seis puntos de su rival –siete por el golaveraje– y si ganaba, ni más ni menos, hacían el sorpasso. La fiesta estaba servida, ante la atenta mirada de un José Luis Saso que presentó la mejor entrada de la temporada.
Eso sí, los naranjas tardaron en entrar en calor o más bien lo hicieron a base de tortazos en forma de llegadas incesantes de la Cultural en los primeros minutos. A Mario Álvarez, que fue de menos a más durante el partido, le llegaban como aviones los atacantes visitantes, que perdonaron varias acciones claras en el primer cuarto de hora, en el que fueron muy superiores, pese a la puesta en escena valiente de Manu Olivas.
El técnico naranja sacó un 4-1-4-1 con Sobas, Pérez, Mata y Pablo como la línea de cuatro adelantada para ganar un centro del campo que quedó desgobernado, convertido en un agujero negro por donde la pelota no pasaba, ni por por parte de unos ni de otros. Porque el protagonismo estaba en el área naranja, con un Eber que tampoco tuvo que trabajar en exceso pero que se mantuvo seguro en todo momento, y con Diego, portero leonés, que vio en exclusiva cómo Mata fallaba la más clara a puerta vacía –lo quería dejar para después–.
La defensa naranja, segura como nunca
Foto: Juan Díez
Tras el descanso la Cultural volvió a presionar, aunque no de la manera con que lo hizo al inicio del choque. Aun así, siguió con la puntería desafinada durante toda la segunda parte, con más de una decena de disparos que se fueron cuando menos dos palmos por encima de la portería naranja. Ni siquiera Pedro, la mayor amenaza leonesa, inquietó a Eber y buena culpa de ello la tiene una defensa naranja imperial.
El incansable Rui, que lideró el trabajo defensivo de su equipo, no dejó pasar a nadie y corrió lo que no está escrito, prueba de ello dictan sus gemelos capaces de abrir cervezas al acabar el partido. Al otro lado, Álvarez se mantuvo firme, al igual que los centrales Domi y, en especial, Mario Blanco, que disputó su segundo partido en el primer equipo –parecía que llevaba al menos treinta– y no cometió ni un solo error.
Pero para ganar hacía falta un detalle, una genialidad, que se inventó Mata al provocar una falta de la nada al borde del área. La resolución no fue nada del otro mundo pues su disparo en condiciones normales no habría llegado a portería la barrera se abrió y a Diego se le escapó el balón de las manos.
Al Parquesol solo le hizo falta un disparo en toda la segunda mitad para adelantarse y regalarse una preciosa agonía en los veinte minutos finales, que ni las entradas de Garci y Dani Luengo para sostener el balón evitaron. Por suerte para ellos las botas de sus rivales seguían apuntando hacia arriba y ningún disparo cogió portería. Tampoco el de Rodrigo en el último minuto, que desperdició con su remate de cabeza la última gran oportunidad de que la Cultural hubiera sacado algo del Saso.
No lo hicieron por culpa de un Parquesol que, a su estilo, convenció, y deberá seguir haciéndolo la próxima semana contra el nuevo segundo clasificado, el Burgos CF. Esta vez, Mata tumbó a la Cultural y –ironías de la vida– deja la lucha por el ascenso más viva que nunca.
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CD Parquesol: Eber; Mario, Rui, Domi, Mario Blanco; Arroyo (Garci, min.70); Pérez (Lucas, min.72), Mata (Dani Luengo, min.72), Pablo (Fran, min.65), Sobas; David.
Cultural Leonesa: Diego; Juan (Romero, min.62), Marcos, Aitor, Rodrigo; Iker, Marcos (Calleja, min.57), Abel (Jorge, min.72), Diego (Vladimir, min.72), Juan y Pedro.
Gol: 1-0, minuto 70: Mata.
Árbitro: El colegiado Ismael Alba Gallego amonestó a Arroyo, del Parquesol, y a Aitor, de la Cultural.
Incidencias: Partido correspondiente a la Jornada 16 del Grupo III de la Liga Nacional Juvenil, celebrado en el José Luis Saso ante alrededor de 300 personas.