El central debutó como jugador del primer equipo ante el Getafe, firmando además una aceptable actuación

Mereció la pena perderse las clases de español que tenía por la tarde, y es que no se debuta con la camiseta del primer equipo del Real Valladolid todos los días. Mohamed Salisu Abdul, o Salisu a secas, se convirtió oficialmente en jugador profesional este miércoles tras disputar sus primeros minutos a las órdenes de Sergio González, un hito que se dio en el choque copero ante el Getafe en el Coliseum Alfonso Peréz.
Y no lo hizo de cualquier manera. Sali, que su máximo logro eran dos ‘banquillazos’ en Liga contra Barcelona y Girona, por fin se hizo mayor. Simplemente, se desvirgó en esto del fútbol de categoría. Noventa y pico minutos de contundencia, seriedad y posicionamiento, si bien estos no pudieron verse recompensados con el hecho de que la portería terminara a cero. Pero ahí es nada.
Con Joaquín como compañero de baile, lo que quedó patente en esta primera piedra de toque es que, si el Pucela sabe cuidarle, el ghanés tiene mucha progresión por delante a sus diecinueve años.
Bien es cierto que en Getafe también pudieron verse detalles de inexperiencia, algo lógico a estas alturas, aunque Sali acabó siendo uno de los mejores del partido. En todo caso, no faltó la polémica.
¿Por qué? Pues porque el defensa estuvo metido de lleno en dos jugadas que bien se protestaron desde la grada azulona. En la primera de ellas tuvo que vérselas con Jorge Molina en una jugada dentro del área que, de buenas a primeras, pareció un penalti clamoroso. De esos que aparecen en el manuel. Pero el trencilla dijo que no, ni siquiera hubo VAR de por medio y lo cierto es que la repetición pareció dar la razón al juez. Poco o nada que objetar.
Poco después, también en la segunda mitad, Sali se pasó de frenada para intentar parar al que acabaría siendo el goleador de la noche, Ángel, en lo que fue una jugada al límite del bien y del mal. O lo que es lo mismo, al mismísimo borde del área que finalmente terminó por quedarse fuera. Ergo, no hubo penalti. En todo caso quizá otro de sus puntos a pulir por parte es su capacidad de medir la entrada, sin duda.
Sea como sea, lo cierto es que el central dio ante el Getafe un paso de gigante en su carrera con el Real Valladolid. Ya lo había avisado Sergio durante la pretemporada: su cometido sería el de cuarto central y, aunque con demasiadas veces, se darían casos en los que tendría la oportunidad de disputar minutos. Simplemente el de este miércoles fue el primero de ellos. Poco a poco, Salisu se va haciendo mayor.