La peor versión del Real Valladolid se escenificó sobre Zorrilla con un gol en contra a los veintinueve segundos y en el partido del valenciano, con el penalti marrado incluido
Puede parecer curioso que en una sección post-partido como ‘El Detalle’ se intente explicar el ‘todo’, o al menos dotarle de sentido, pero los síntomas de ese conjunto no dejan de ser pequeños apuntes que acaban completando una situación preocupante. Contra el Rayo Vallecano se acumularon esos detalles, los mismos que acabaron por tumbar al Real Valladolid.
Lo primero, y en esta ocasión emprendemos el camino cronológicamente, es el gol en contra. No tuvo el equipo de Míchel (el suyo) muchas más ocasiones salvo la galopada final de Bebé con todo cumplido, pero no puede ser esto un alivio si concedes un gol a los veintinueve segundos (el más rápido de la Liga desde que hace 364 días justamente, el exbético Fabián le marcara en el derbi al Sevilla a los veintiún segundos). Da la casualidad de que es Míchel (el nuestro) quien pierde el balón e inicia con ello el gol rayista.
Pérdida del ya mencionado y buena triangulación hasta que Medrán hunde la bola en la portería de Masip, que poco pudo hacer. Sus compañeros sí pudieron haber tenido mayor relevancia en pos de frenar la contra del rival, pero no debían de haber salido todavía de vestuarios. En cualquier caso, con el gol del Rayo el Pucela se encontraba una vez más con el marcador en contra y Míchel comenzó su particular desastre.
Sería injusto señalar solamente al valenciano, quien, sin duda, acusa también el bajo momento de forma de Alcaraz. Ninguno de los dos supo mover la bola adecuadamente cuando esta fue blanquivioleta, que fue la mayor parte del primer tiempo. Cuando se lograba llegar a tres cuartos, la imprecisión en los pases aumentaba y solo Toni era capaz de crear peligro con acciones individuales. Una vez llegado el descanso, Míchel ya era uno de los señalados, pues además no estuvo preciso en los balones a balón parado.
Así continuó todo en la segunda parte, que en términos generales fue incluso peor por parte local. Quizás, otro de los síntomas de que al Real Valladolid le pueda faltar gasolina sería su banquillo. Si dos de tus hombres más empleados desde allí son Borja y Antoñito, otro es Duje Cop y el último es un Verde acostumbrado a ser el último cambio, algo falla. Algo no hay al lado de Sergio González, pese a que no dispusiera de Leo Suárez en esta ocasión.
Sin embargo, fue el ya mencionado Cop el que provocó la pena máxima, la primera a favor en liga. El Real Valladolid había ya tenido la ocasión de marcar desde los once metros en esta temporada, pero fue el propio delantero croata quien la mandó fuera. Así pues, Míchel era el encargado de lanzarlo, con la oportunidad de tapar su más que discreto partido. El final lo conocemos ya. El mediocentro no encontró las redes y acabó señalado, pese a que en rueda de prensa dijera que él se encontraba bien y que tirará el próximo. Probablemente, ese sea otro detalle parte de un todo: admitir las limitaciones propias y del equipo.