El Real Valladolid concluye 2018 con un balance de veintiún victorias, diecinueve empates y once derrotas en 51 partidos
Son maneras de ver las cosas. Uno puede quedarse con lo bueno, que es que el Real Valladolid cierra 2018 con un glorioso ascenso y con un interesante cambio de propietario, o con lo malo, que es lo que dictan los números. ¿Qué números? Pues los que dicen que el conjunto blanquivioleta ni siquiera ha ganado la mitad de sus partidos disputados en el presente año. ¿Es posible? Sí, si uno mira y analiza detenidamente las estadísticas acumuladas.
A pesar de lo que uno pudiera sospechar con el mencionado y grato ascenso y debido al buen arranque de temporada de los de Sergio González en Primera División, lo cierto es que los blanquivioletas han bajado la persiana al año con veintiún triunfos en estos 365 días, hasta diecinueve empates y once ocasiones en las que han hincado la rodilla. Cosas que pasan. Simplemente, con los objetivos cumplidos uno no acostumbra a mirar este tipo de estadísticas.
Los números, eso sí, tienen su aquel. No todos los choques se han disputado en la misma categoría, ni siquiera en la misma competición. Concretamente estos se desglosan en catorce victorias en Segunda División, seis igualadas y seis derrotas, mientras que para Primera, es decir, en el presente curso, se suman cinco triunfos, seis empates y seis pérdidas, a las que habría que sumar las dos ocasiones en las que el Pucela se impuso al Mallorca en Copa del Rey.
No hace falta decir muy alto que, por supuesto, al final lo importante es haber alcanzado las metas pretendidas, pese a que los datos hablen de que el Real Valladolid ni siquiera llega a esa estadística de un 50% de victorias en este 2018. Es también relevante el hecho de que en este periodo el conjunto albivioleta haya jugado con dos entrenadores, de manera que con Luis César Sampedro se cosecharon seis victorias, cuatro empates y cuatro derrotas, mientras que con Sergio González la proporción ha sido de quince triunfos, ocho igualadas y ocho derrotas.
El giro de los acontecimientos con el cambio de técnico es evidente, claro, no solo en cuanto a sensaciones sino también en cuanto a los números. Sea como sea lo importante es que el Real Valladolid cierra el presente año con los deberes hechos en cuanto a los objetivos a corto y medio plazo se refiere.